Comentario sobre Cristo muerto
Formado a mediados del siglo XIX en la École des Beaux-Arts bajo Paul Delaroche y Charles Gleyre, Jules Meynier fue un fiel representante de la pintura académica que se practicaba entonces. Tuvo una presencia sostenida en los salones de París de la segunda mitad del siglo, con pinturas claramente legibles y de superficie pulida en su mayor parte de temas religiosos. En 1877 obtuvo una medalla de segunda clase por la obra
Chrysante et Daria adquirida por el Estado francés.
En sintonía con sus envíos al Salón, en 1879 realizó el díptico
El sueño del Niño Jesús y
Cristo muerto. En el registro inferior del panel principal la Sagrada Familia está dispuesta en un esquema triangular que evoca de modo explícito las composiciones clásicas del Renacimiento. José y el Niño duermen. María se encuentra expectante, ante el presagio del que sería el destino trágico de su hijo, preanunciado en la corona de espinas que sostiene el personaje central del coro de vírgenes que cantan y suenan instrumentos. El dibujo neto recorta los personajes, la línea aparece delineando las formas y el colorido es suave sin grandes estridencias. También el
Cristo muerto de la tela de menor tamaño respeta todos los cánones de la belleza académica: un cuerpo altamente idealizado y carente de dramatismo se reclina ocupando la totalidad de la superficie, por detrás los clavos y la corona de espinas permiten reconstruir el trauma pasado.
En 1888 se organizó en Buenos Aires la primera exposición masiva de arte francés que trajo a la Argentina, entre más de ochocientas obras, este díptico que fue adquirido por el coleccionista Aristóbulo del Valle (1). En ese contexto, la prensa se detuvo en la producción de Meynier para celebrar su “sentimiento de la forma pura y bella” en la senda marcada por Rafael.
por María Isabel Baldasarre
1— De acuerdo a Eduardo Schiaffino, Del Valle no concretó sus compras en el contexto de la exhibición sino varios años después, en 1891. Sin embargo, el diario Sud-América del 25 de julio de 1888 lo señala como uno de los pocos amateurs que había realizado adquisiciones en la muestra.
Bibliografía
1888. “Buenos Aires artístico. La exposición de Bellas Artes del Jardín Florida. Telas de gran tamaño”, El Censor, Buenos Aires, 2 de julio, p. 1.
1900. H. D. [Henri Dousset], “Impresiones artísticas: el Cristo ante Pilatos, el Ecce homo, el Cristo muerto”, La Ilustración Sud- Americana, Buenos Aires, a. 8, nº 175, 5 de abril, p. 99, reprod. p. 104 (Cristo muerto).
1905. DÍAZ ROMERO, Eugenio, “Pintura religiosa en nuestro Museo Nacional de Bellas Artes”, La Ilustración Sud-Americana, Buenos Aires, a. 13, nº 295, 15 de abril, p. 100-102.