Comentario sobre Palas Atenea [Retrato de joven]
En la producción de Antoine Bourdelle la mitología griega ocupa un lugar de privilegio, que se manifiesta en la cantidad e importancia de las obras dedicadas a este tema. Junto con piezas tan significativas como
Heracles arquero, el
Centauro moribundo,
Penélope, las bacantes y
Apolo, entre otras, Palas Atenea, la diosa de la sabiduría, inspiró más de una obra al escultor. Sabemos que dedicó el transcurso de 1889 esencialmente a este personaje, del cual realizó distintas versiones, plasmadas en años sucesivos en diferentes materiales. Así surgieron no solo cabezas, una máscara, un busto y un torso desnudo, sino también la diosa vestida y, asimismo, como guerrera. Dos de las cabezas de este grupo forman parte del patrimonio del museo: una de ellas es la que figuraba como
Retrato de joven (inv.
7113), cuyo rostro corresponde en realidad a la primera idea del personaje concretada por Bourdelle. La otra es una versión posterior del mismo año, pero notablemente diferente, de la cual el museo posee un yeso (inv. 11321/02/01) y un bronce (inv.
11231/02/02). Al
Retrato de joven, el escultor lo tituló
Palas Atenea. En realidad, la denominación con la que estaba registrado en la institución sería más apropiada, dado que esta “joven” parece ser el retrato de una persona real más que la representación de una deidad de la antigua Grecia. Es importante señalar que, en 1905, Bourdelle decidió agregarle al torso antes mencionado (muy directamente inspirado por el arte griego antiguo), en versión de bronce, esta cabeza, probablemente para darle un carácter más afín con la escultura griega al integrarla a un cuerpo desnudo. Tiempo después, en una nueva versión, también modificó el peinado del personaje, recogiéndole el cabello en una especie de rodete sujetado con una cinta, típico de la antigüedad clásica griega. Es precisamente a esta versión a la que corresponde la cabeza del MNBA (pero, por supuesto, sin el torso). Otra de las versiones de la diosa griega creada por Bourdelle en 1889 es la que corresponde a la copia en yeso dedicada por el escultor a Enrique Larreta cuando éste era embajador argentino en Francia (1910-1916). En esta obra tampoco hay un elemento concreto que permita asociar su rostro con la diosa de la sabiduría. Marina Lambraki-Plaka sugiere que tal vez, como en el otro rostro, la seriedad y la tensión de la expresión, que parecen ser el producto de una acentuada concentración intelectual, llevaron a Bourdelle a asociar su creación con el personaje mitológico. En esta obra aparece por primera vez lo que Léon Daudet definió como “la contracción de un músculo frontal”, recurso plástico muy expresivo que el artista desarrollará y usará en muchas otras esculturas, como, por ejemplo, en el segundo estudio del
Beethoven y en la
Epopeya del monumento a Mickiewicz. Por medio de este recurso formal, manifestado en dos líneas verticales paralelas que recorren la frente, Bourdelle busca trasmitir visualmente las ideas y las palabras que se agolpan en la mente del personaje. Evidentemente, estas dos cabezas de la diosa griega se pueden relacionar con otras piezas realizadas por el escultor francés. Así como la primera cabeza de Palas Atenea puede asociarse a la de Apolo (ambas del mismo año), que puede verse como su
pendant masculino, la segunda parece prenunciar, en cambio, el tipo de rostros que Bourdelle concibió, años más tarde, para las dos alegorías femeninas del monumento a Alvear, la
Libertad y la
Victoria.
por Área de Investigación del MNBA