Comentario sobre Escalón
En 1987 Jorge Macchi se graduó como Profesor de Pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”. Sin embargo, su obra pronto se inclinó hacia lo objetual desde la tradición vanguardista del
objet trouvé (objeto encontrado) o el
ready made (ya hecho). El artista se refirió al uso de este procedimiento de la siguiente manera: “Mirar y seleccionar, ese es mi trabajo. En la medida en que el objeto está cambiado de contexto, de función, de escala y hay una oscuridad alrededor, uno centra la atención inmediatamente en él y tiene otra significación. Por supuesto que no es un método mío.
Desde Duchamp eso es moneda corriente en el arte contemporáneo. El trabajo de todo artista es un trabajo de selección. Un pintor que está delante de su tela elige constantemente colores. A mí no me gusta elegir colores, prefiero elegir determinadas formas u objetos que me llamen la atención”.[1]
Efectivamente, la primera impresión de
Escalón (1995) es que se trata de una suerte de pequeño ataúd. Si no fuese por el contexto que brinda el título sería difícil establecer la identidad de este trozo de madera longitudinal. De todas maneras, la sensación de extrañamiento no desaparece al conocer su procedencia. Aislado de su funcionalidad, extirpado de su organismo, la idea de lo mortuorio vuelve a cubrir el objeto. Es a partir de la creación de este tipo de percepciones oscilantes, de estos ajustes y desajustes de sentido, que Macchi genera la experiencia estética.
En relación con
Escalón pueden mencionarse
Péndulo y
Container, ambas de 2013. La primera consiste en una viga de hierro doble T que, sostenida en sus extremos por dos pequeños bancos de plástico, se muestra curvada en la zona central. Contra toda lógica, este sólido objeto constructivo parece haber sido vencido por la gravedad, mientras que sus endebles apoyos han resistido el peso sin inconveniente.
En
Container, Macchi instaló en una pequeña sala de exhibición rectangular, uno de estos grandes recipientes metálicos usados para transportar mercadería a larga distancia. Encastrado entre uno de los ángulos inferiores y superiores de la sala, en diagonal, su disposición evoca lo arduo de esta tarea. Sin embargo, no han quedado huellas del forcejeo que se debe haber requerido para colocarlo. La pintura del container está intacta al igual que la de los muros del recinto. Del mismo modo que en
Escalón y que en
Péndulo, el objeto ha sido extraído de su ámbito para suscitar otros significados. En este caso, parece sugerirse una relación entre el recipiente-container y la sala como recipiente de la obra-container; entre dos cubículos rectangulares igualmente destinados al acopio de objetos de consumo.
Macchi adquirió notoriedad en el campo artístico de Buenos Aires en 1987 como integrante del Grupo de la X, compuesto por diversos pintores y escultores de su generación que de diversa manera discutieron los lineamientos artísticos imperantes durante la década del ochenta. En 1989 realizó su primera exhibición individual en la Galería Alberto Elías y en 1990 ganó el Primer Premio de la Fundación Nuevo Mundo (Museo Nacional de Bellas Artes). En 1991 fue invitado a exponer en Ivry sur Seine (Francia) y obtuvo el Subsidio a la Creación Artística de la Fundación Antorchas (Buenos Aires). En 1993 recibió el Premio Braque de escultura (Fundación Banco Patricios) que le permitió trabajar en París por algún tiempo. Desde entonces, gracias a diversas becas y estadías en residencias para artistas, intensificó su vínculo con la escena artística internacional.
Macchi señaló que su búsqueda de horizontes en el exterior se relacionó en parte con la incomodidad que sentía respecto a la tendencia dominante en Buenos Aires. Esta, representada por la Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas, si bien no era unívoca, claramente se distanciaba del carácter neoconceptual que de a poco fue adoptando la producción del artista. Ejemplo de su relación con esta corriente es
Doppelgänger (2005), obra que también integra la colección del Museo Nacional de Bellas Artes.
En 2001 Macchi obtuvo la Beca John Simon Guggenheim Memorial Fundation y desde entonces representó a la Argentina en diversas bienales como la de Venecia de 2005.
por Natalia Pineau
[1] Violeta Weinschelbaum, “El movimiento mínimo”, revista Teatro Colón, Buenos Aires, 2001, p. [?].
Bibliografía
2005 LÓPEZ ANAYA, Jorge, Arte Argentino. Cuatro siglos de historia (1600-2000), Buenos Aires, Emecé.
2007 PÉREZ BARREIRO, Gabriel, Jorge Macchi. Anatomía de la melancolía, [cat. exp], Porto Alegre, 6ª Bienal del Mercosur-Santander Cultural.