
Le moulin de la Galette
Laren, Benito Eugenio. 1994
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 11998
Obra Exhibida
"Museo secreto. De la reserva a la sala" - Pabellón de exposiciones temporarias
La puerta Bony ta (2003) conjuga diversos elementos de la historia del arte y de la cultura visual en general: por un lado, las obras con tiros de balas de Oscar Bony, quien aparece mencionado en el mismo título de la pieza, y por otro lado, la estética y la iconografía características del pop.
Bony disparaba sobre fotografías o sobre placas de plomo y de bronce cubiertas con vidrio generando múltiples grietas y astillas alrededor de las perforaciones. En su homenaje, Laren utilizó este recurso sobre una puerta de auto, pero dejando intacto el cristal de la ventanilla donde pintó a John Lennon. Con ello, el artista parece representar una versión alternativa del mortal ataque que sufrió el músico en 1980 en la entrada del edificio Dakota de la ciudad de New York. En este caso el escenario es sin duda una ruta y el asesino ha fallado, aunque ha dejado su rastro en la chapa del vehículo. Y como si se tratara del corolario de una road-movie, la escena se cierra con un primer plano del protagonista que saluda triunfante.
Esta retórica de la cultura cinematográfica popular, la celebridad del personaje representado, el carácter gráfico de su tratamiento y los colores empleados, ligan a esta obra con el arte pop. Es evidente la relación que mantiene con los retratos de celebridades de Andy Warhol y, aunque en menor grado, también se la puede vincular con las recreaciones de las viñetas de historietas de Roy Linchestein.
Laren le compró la puerta a un amigo que tenía un taller de autos en San Nicolás de los Arroyos y fue allí que la balearon con una carabina (1). El artista nació y pasó gran parte de su vida en esta ciudad de la Provincia de Buenos Aires. En 1983 se graduó como técnico químico en un colegio industrial y al año siguiente ingresó a trabajar en la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (SOMISA). Como el espacio en el que desarrollaba sus tareas no tenía aberturas, en 1985 decidió pintar una ventana. Así nació su primera obra: Desde mi temperamental ventana, una reelaboración realizada en témpera sobre cartón (materialidad a la que alude el título) de una imagen de la artista Anikó Szabó. Entusiasmado con el resultado, comenzó a pensar en la posibilidad de transformarse en artista, acontecimiento que sucedió en 1987 (2).
En efecto, aquel año, Alberto Juan Bacoñski se reinventó como Benito Laren. El nombre lo tomó de un compañero del secundario con quien tenía un notable parecido, mientras que el apellido respondió a la fascinación que le producía Sophia Loren (3). Pero para encarnar a un verdadero “artista”, esa figura unica y original que ha protagonizado el relato de la historia del arte durante siglos, Laren también creó una técnica exclusiva, el “cuadrejo”, y un estilo, el “Pop Oh Art” (4).
El término “cuadrejo” proviene de la combinación de la palabra “cuadro” y “espejo”. Esta técnica consiste en pintar sobre una placa de vidrio que luego es invertida para adosarle por detrás una placa de espejo (5). De esta manera, el material pictórico queda apresado entre una y otra placa, generando una extraña sensación visual.
En cuanto al “Pop Oh Art”, además de referir a la estética pop de la que abreva, alude a la onomatopeya que repetían sus tías cada vez que les enseñaba una de sus obras: ¡OH!. Así, la primera pieza que Laren confecciona dentro de estos dos principios es Autorretrato nº1 (1987) (6), género con el cual termina por completar los requerimientos para su transformación en un verdadero “artista”.
Puede decirse que el procedimiento estructurante de la obra de Laren es lo metadicursivo; es decir, el trabajar con la misma tradición artística, con sus tópicos o lugares comunes. De hecho, la realización de “obras maestras”, denominación que él mismo emplea para referirse a la reelaboración que desde su técnica lleva a cabo de las obras de otros artistas, sería en breve una vertiente central de su producción.
En 1991 su técnica se amplía. De acuerdo a las palabras del artista, ello sucedió a raíz de que “la gente, al ver las obras, decía que se trataba de papeles metalizados. De tanto decírmelo se me ocurrió […] poner papeles holográficos directamente” (7). Es en Buscando precios (1991), y específicamente en la figura de la iglesia, que estos papeles son introducidos por primera vez. Y ante el orgullo que siente por haber realizado dicha obra se agrega un segundo nombre: Eungenio (8).
Ese mismo año también lleva a cabo su primera exhibición individual en la galería del Centro Cultural Ricardo Rojas.
En el marco de la privatización de SOMISA, en 1992 acepta el retiro voluntario e invierte el dinero de la indemnización en un viaje a New York con la esperanza de consagrarse como artista. Sin que ello sucedira, al cabo de once meses regresa a la Argentina.
Instalado en la casa de sus padres en San Nicolás, realiza trabajos ligados a la industria de la construcción y, aunque con menor frecuencia, continúa trabajando en su obra. De esta época data su “obra maestra”, La Moulin de la Galette (1994), una cita de la famosa obra de Van Gogh, y ambas integrantes de la de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes.
En 1996 conoce al juez y coleccionista Gustavo Bruzzone y desde entonces, y hasta 2013, se aloja en su casa de Buenos Aires. Esta nueva situación favorece su reinserción en el mundo del arte (9) y comienza a exhibir en diversos espacios e instituciones a nivel nacional e internacional.
Además de los homenajes a artistas consagrados –entre los que incluirá a varios de los que protagonizaron la escena del arte argentino de los años noventa– la técnica y el estilo de Laren configura todo tipo de asuntos y abarca todo tipo de soportes. Entre los primeros se destacan las abstracciones, los platos voladores, los paisajes, los animales, los retratos de celebridades y los modelos de ropa. Entre los segundos, las raquetas de tenis, los teléfonos celulares, las ruedas de bicicletas y las cajas de galletitas.
En 2000 incursiona en el video arte con Laren en la selva y crea su propio país, Larenland, el cual puede visitarse en http://larenland.com/
1- Conversación por mail entre la autora y Benito Laren, julio de 2015.
2- Rafael Cippolini, Benito Laren, Buenos Aires, Mansalva, 2013 y Abigail Winograd, “Benito Laren”, Úrsula Dávila (ed.), Recovering Beauty. The 1990’s in Buenos Aires, Austín, The Blanton Museum of Art at The University of Texas at Austin, 2011.
3- Rafael Cippolini, op. cit.
4- Ibid.
5- Ibid.
6- Ibid.
7- Benito Laren, [Hola Gustavo, te envío un escrito sobre el Tigre…], correspondencia entre el autor y Gustavo Bruzzone, s/f, p. [1].
8- Ibid.
9- Rafael Cippolini, op. cit. y Abigail Winograd, op. cit.
[Anónimo?], “Los flamantes autos y bicicletas de Laren”, Ámbito Financiero, Buenos Aires, domingo 16 de noviembre de 2003, reprod. color, p. [?],
Rafael Cippolini, Benito Laren, Buenos Aires, Mansalva 2013, reprod. color, p. 69.
Un vasto panorama de arte argentino, con obras de sus mayores representantes
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