Comentario sobre Les Boeufs et les Elephants ó Cortejo del Triunfo de Escipión (Tit. ant: El triunfo de la paz)
Este tapiz es una reedición barroca de la
tenture de
Escipión El Africano encargada por el rey Francisco I de Francia en 1532 a las tejedurías de Bruselas. La autoría de sus cartones está atribuida al artista Giulio Romano. Constaba originariamente de 22 piezas, relativas a dos temas: las
Gestas, narración sobre las batallas y episodios destacados de las Guerras Púnicas, y los
Triunfos, exaltación de las victorias de los ejércitos romanos de Escipión frente a los cartagineses de Aníbal.
El valor de Escipión como ejemplo moral de general y jefe de estado fue uno de los temas predilectos hasta finales del siglo XVII, tal es así, que 150 años después de este primer encargo del rey de Francia, las más prestigiosas manufacturas flamencas seguían recibiendo demandas de esta temática, e incluso la Real Manufactura de los Gobelinos tejió esta célebre serie para Luis XIV, ahora con sala propia de exhibición en el Museo del Louvre. En el MNBA se conservan dos paños pertenecientes a los
Triunfos:
Les Boeufs et Elephants y
Le Banquete aprés le Triomphe (inv. 4956) realizado en los talleres de Everaert Leyniers III. Otros se conservan en la Toms Collection en Suiza.
El conjunto a que corresponden estos dos tapices fue encargado en 1660 por el marqués de Caracena, Don Luis Francisco Benavides Carrillo de Toledo, quien fuera Gobernador General de los Países Bajos Españoles desde 1659 hasta 1664. Se trata de una
chambre que constaba de catorce grandes paños centrales, sumados a piezas más pequeñas para ensamblar la historia mediante colgaduras que corrían entre ventanas y puertas, además de seis
portiers reproduciendo su escudo nobiliario. El total de treinta y nueve piezas la convierte en la mayor serie de
Escipión El Africano (1).
El campo de este tapiz representa un episodio narrado por Apiano en el libro VIII de la
Historia Romana. Se trata de una procesión triunfal compuesta por animales y un conglomerado de gentes entre los que se distinguen romanos portando coronas de laureles, númidas y cartagineses. La procesión avanza de derecha a izquierda y entre los animales destacan dos elefantes escoltados por camellos. El elefante central lleva el lomo cubierto con un tapiz y sobre él reposa un león. Todos estos animales exóticos proceden de África, territorio conquistado en la Segunda Guerra Púnica. Lideran el cortejo los soldados romanos que cargan hachas para el sacrificio de los bueyes blancos que se celebraría en Roma en honor a Júpiter. A la derecha se observa un hombre de espaldas sosteniendo una caja de incienso con igual destino. Los soldados romanos miran consternados hacia atrás al escuchar el rugido del elefante que levanta la cabeza como si quisiera salir del desfile. Al fondo se observa un paisaje probable alusión a las siete colinas de Roma (2).
La bordura, profusamente ornamentada, responde al gusto barroco de la época. Poblada con guirnaldas de flores y frutas tomadas por moños a lo largo de toda la guarda intercalada por
puttis e instrumentos musicales en los laterales, mientras en su sección inferior presenta motivos zoomorfos a los lados; en el centro dos amorcillos sosteniendo el escudo heráldico de la casa del marqués de Caracena, flanqueado por armaduras que aluden a su actuación militar, más una cinta con una inscripción latina correspondiente al salmo 127, reiterado en todos sus escudos nobiliarios:
Nisi dõm Aedificãrit domvm in vanvum laboràrvnt qvi aedificant eam (“Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajarán quienes la construyen”). En la bordura superior se observa un medallón central con un
putti montado sobre un águila, que observa por medio de un catalejo, alusión al apellido
bena-vides, ver bien (3).
El entramado fue ejecutado íntegramente en hilos de seda, los detalles se encuentran realzados mediante el empleo de hilos de oro y plata. La densidad de sus hilos de urdimbre, 9 por cm, indica el alto nivel de refinamiento de esta pieza. A fin de mantener la calidad en un encargo de esta magnitud era común que las manufacturas trabajaran en conjunto o subcontrataran a otras. En el caso de esta serie se trató de la asociación de cuatro tejedurías, las de Everaert Leyniers III, Jan van Leefdael, Hendrick Reydams y Geeraet van der Strecken. Este último es el tejedor del tapiz del MNBA. Su firma puede leerse en la bordura inferior, junto al emblema oficial que debían portar todos los tapices producidos en la ciudad de Bruselas por imposición del edicto imperial promulgado por Carlos V en 1544: un escudete rojo entre dos letras
B (Bruselas-Brabante). Se conocen al menos otras cinco
tentures de
Escipión el Africano que datan del siglo XVII realizadas por este mismo consorcio de tejedores.
El
Cabinet des Dessins del Museo del Louvre guarda el boceto de este tapiz (inv. 3525). A su vez, el enorme cartón de 359 por 773 cm se exhibe en el Hermitage de San Petersburgo (inv. 46406). Es poco frecuente que se conserven los cartones debido a que se cortaban en tiras para facilitar la tarea de varios tejedores que trabajaban simultáneamente. La imagen del tapiz invertida respecto de la del cartón es indicación de haber sido tejido con la técnica del
bajo lizo. A primera vista la similitud entre boceto y cartón es innegable, pero una mirada más detallada permite advertir ciertas diferencias entre los bocetos realizados por el pintor italiano con el cartón y la colgadura ejecutada en Flandes.
El Palazzo del Quirinale, en Roma, posee un tapiz cuyo campo es igual al del MNBA, basado en el mismo cartón, producido en el mismo período y procedente de la misma manufactura. Únicamente difieren en su bordura por haber sido encargos de comitentes diferentes.
por Astrid Maulhardt
1— Guy Delmarcel, Toms Collection Catalogue. Laussane, 2004, p. 97.
2—Thomas Campbell, Tapestry in the Renaissance.Art and Magnificence. New York The Metropolitan Museum of Art, 2006, p. 366.
3—Delmarcel, op. cit., p.100.