Comentario sobre Domingo F. Sarmiento
En 1905 se realizó en Tucumán, en la casa de José Padilla, una exposición de Ignacio Baz que recuperó su figura olvidada. El Estado Nacional adquirió a sus descendientes el conjunto de su Álbum con los retratos de los hombres públicos del siglo XIX. El artista había viajado por varias provincias argentinas y también por Chile y Perú ejecutando sus obras, la mayoría al lápiz. La serie se distingue no solo por el extenso período de realización – desde 1840 y probablemente hasta entrados los 70– sino también porque supera la división facciosa de la iconografía nacional establecida en el siglo XIX entre unitarios y federales.
La fecha de su nacimiento probablemente deba acercarse a comienzos de la década de 1820, ya que se conservan registros de sus estudios a mediados de la siguiente, entre ellos cursos de dibujo con Pablo Caccianiga en la Universidad de Buenos Aires. En 1846 se encontraba en Tucumán, donde ya realizaba retratos al óleo. En los años siguientes se registra su estadía en Santiago de Chile y Copiapó, donde retrató al natural a los argentinos exiliados (1). Para completar su galería iconográfica, el artista se basaba en litografías y fotografías. En este caso, es probable que el modelo inicial haya sido el daguerrotipo conocido por su reproducción masiva, luego del fusilamiento del Chacho Peñaloza en 1863, en carte de visite (Museo Histórico Nacional) (2). Baz recortó la figura a la cintura y oscureció la vestimenta, pero cuidó de mantener la mirada penetrante del rostro del caudillo federal enmarcado entre patillas prominentes.
por Roberto Amigo
1— Adolfo Luis Ribera, “La pintura” en: AA.VV., Historia general del arte en la Argentina. Buenos Aires, Academia Nacional de Bellas Artes, 1984, vol. 3, p. 338.
2—Cf. Los años del daguerrotipo. Primeras fotografías argentinas, 1843-1870. Buenos Aires, Fundación Antorchas, 1995, p. 18.
Bibliografía
1952. TROSTINÉ, Rodolfo, Ignacio Baz. Pintor tucumano del siglo XIX. Buenos Aires, edición del autor, p. 68.