
En plena naturaleza
Malharro, Martín. 1901
Más Informaciónsobre la obra
Obra Maestra
Inventario 5869
Obra No Exhibida
Las parvas plantea una cuestión estilística interesante y largamente debatida en la historia del arte argentino respecto de su relación con el arte europeo. Ha sido observada por diversos autores la notable proximidad de esta obra con la serie de Meules de Claude Monet. Demostraría así la identificación tradicional de Malharro como el primer pintor impresionista argentino, y con ello, en una interpretación lineal de su evolución, un “retraso” de al menos treinta años en la adopción de la modernidad a la europea. Sin embargo, esta filiación directa entra en franca contradicción con los escritos del artista y su posición respecto de la cuestión del arte nacional, a cuyas posibilidades y naturaleza dedicó Malharro buena parte de sus reflexiones y debates en la prensa. “Para fundamentar la pintura nacional – escribió, por ejemplo, en 1903– es necesario que olvidemos casi, lo que podamos haber aprendido en las escuelas europeas. Es preciso que, frente a frente de la naturaleza de nuestro país, indaguemos sus misterios, explorando, buscando el signo, el medio apropiado a su interpretación, aunque nos separemos de todos los preceptos conocidos o adquiridos de tales o cuales maestros, de estas o aquellas maneras” (1). A primera vista, Las parvas parece contradecir tales principios. El tratamiento del color, la pincelada, el empaste y, sobre todo, la iconografía de esta obra aparecen muy cercanos a la serie de parvas exhibida por Monet en la galería Durand-Ruel en 1891, serie que, a todas luces, Malharro conoció durante su estadía en París. Se trata de una de las últimas obras pintadas por el artista, fechada en el año mismo de su muerte. No fue esta, sin embargo, la única vez que Malharro encaró este motivo iconográfico. En una fotografía enviada por el artista desde París a Francisco Grandmontagne, dedicada y fechada el 1 de julio de 1899 (luego publicada en la revista Caras y Caretas), pueden verse en la pared de su estudio parisino otras cuatro pinturas de parvas, todas ellas diferentes de esta pero que pueden colocarse en una misma serie. En la exposición que realizó a su regreso a Buenos Aires, en 1902, también exhibió varios cuadros de parvas que fueron comentados en la prensa, tal vez algunos de ellos fueran los que podían verse en esa fotografía, aunque conocemos al menos uno (fechado en 1900) distinto de aquellos. El motivo, sin duda, interesó al artista tanto como para abordarlo repetidas veces a lo largo del tiempo. Es probable que el ejemplo de Monet estuviera en el origen de esa insistencia, pero no con el valor de un modelo impresionista. Desde la década de 1880 Monet había abandonado la pretensión de capturar una realidad exterior para orientarse a una búsqueda subjetivista de sus propias vivencias frente a la naturaleza. En la serie de más de treinta Parvas pintadas a comienzos de los 90 esta búsqueda se vuelve evidente. La pincelada y la paleta impresionistas tuvieron el valor de un insumo común para muchos pintores finiseculares enrolados en búsquedas espiritualistas, Malharro encaraba a partir de su estancia parisina la búsqueda de un carácter particular en su arte en términos nacionales. Fue un idealista, un anarquista convencido de que debía transformar el arte nacional y con él la formación de nuevos ciudadanos a partir de la enseñanza del dibujo en directa relación con la naturaleza. Sus Parvas, tanto como sus paisajes nocturnos o su animización de los árboles, son el resultado de una largamente meditada confrontación de la naturaleza en busca de un carácter local, auténtico y original. Si se compara el color y la disposición de las Parvas con la serie de Monet, se percibe en el argentino una dramática vibración del color, que dibuja con pinceladas intensas un cierto pathos pampeano. Más de la mitad del espacio ocupado por un cielo en el que las nubes adquieren una solidez y un peso compositivo considerable, con grandes pinceladas matéricas.
Al fondo la silueta tortuosa de unos árboles empequeñecidos en la distancia inmensa. Y en primer plano la solidez matérica de esos extraños montículos de paja construidos a partir de un violento contraste entre zonas de color intenso y deslumbrante y sombras oscuras, de apariencia ominosa. En el campo, alternan pinceladas rosadas, lila, violeta con los tonos de verde, una paleta característica de la última producción de Malharro. Tal vez en esta obra es posible percibir, como en ninguna otra, la sutileza de estas búsquedas sobre un soporte que, tal como había ensayado Monet en su exposición de 1891, presenta ligerísimas variaciones iconográficas respecto de un modelo o schemata modernista para centrarse en la expresividad de la materia y el color. Malharro escribió a menudo contra la pintura anecdótica o narrativa. El arte era para él un agente transformador, siempre que se lograra captar la vibración de la naturaleza en la pintura.
1— Martín Malharro, “Pintura y escultura.
Reflexiones sobre arte nacional”, Ideas,
Buenos Aires, a. 1, nº 1, abril de 1903.
1911. ARS. Número Malharro, La Plata, a. 3, nº 18, octubre.
1920. FALCINI, Luis, “Malharro”, Acción de Arte, Buenos Aires, a. 1, nº 8, p. 1.
1922. LOZANO MOUJÁN, José María, Apuntes para la historia de nuestra pintura y escultura. Buenos Aires, Librería de A. García Santos, p. 116.
1931. FALCINI, Luis, “Martín Malharro”, Crónica de Arte, La Plata, p. 4.
1937. Pagano , José León, El arte de los argentinos. Buenos Aires, edición del autor, t. 1, p. 436-437, reprod. p. 435.
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1975. HABER, Abraham, “La pintura argentina. Vanguardia y tradición” en: AA.VV., Pueblos, hombres y formas en el arte. Buenos Aires, CEAL, reprod. color p. 13.
1980. GARCÍA MARTÍNEZ, José A., Malharro. Pintores argentinos del siglo XX. Buenos Aires, CEAL, nº 1, reprod. color.
1988. BURUCÚA, José Emilio y Ana María Telesca, El impresionismo en la pintura argentina. Análisis y crítica. Buenos Aires, Fundación Caja Nacional de Ahorro y Seguro, Premio Bienal Ciencias y Humanidades, p. 100. — BURUCÚA, José Emilio y Ana María Telesca, “El impresionismo en la pintura argentina. Análisis y crítica”, Estudios e Investigaciones. Boletín del Instituto de Teoría e Historia del Arte Julio E. Payró, Buenos Aires, nº 3.
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1998. AMIGO, Roberto; Patricia Artundo y Marcelo Pacheco, Pintura argentina. Breve panorama del período 1830-1970. Buenos Aires, Banco Velox, p. 8, reprod. p. 34.
2003. SARTOR, Mario, Arte latinoamericana contemporanea dal 1825 ai giorni nostri. Milano, Jaca Book, reprod. byn nº 74.
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