Comentario sobre La elegía [Figura de mujer]
Hacia 1868, el arquitecto Charles Garnier encomendó a Falguière una escultura en piedra titulada
La elegía, destinada a ornamentar la fachada principal de la nueva Ópera Garnier de París, proyecto emblemático del eclecticismo estético del Segundo Imperio francés. La escultura de Falguière aún se preserva en su emplazamiento original, lindera al célebre grupo
La danza, de Carpeaux. La versión en mármol del MNBA, de menor escala –apropiada para interiores–, fue posiblemente destinada a un comitente privado.
La elegía es una composición poética del género lírico; asociada a poemas de lamento que expresan melancolía por determinadas pérdidas –la muerte, el paso del tiempo o la desilusión–, presenta diversidades argumentales opuestas a la épica. Falguière compone una alegoría idealizada, personificada en una musa –tocada con una corona de laureles– en serena actitud elegíaca de lánguida tristeza. Aunque la figura evoca la tradición clásica, es interesante señalar el modo como sostiene los drapeados recogidos entre sus brazos, quebrando así cierta convención académica; este recurso se repite en otras esculturas de Falguière. Asimismo, la joven sostiene un chelys –la lira primigenia de los griegos–, instrumento musical de cuerda, cuya caja de resonancia es un caparazón vacío de tortuga. Símbolo de la inspiración poética y la armonía musical, la lira se utilizaba para secundar el canto de los poetas. En 1936 Eloísa Urquiza de Obejero donó la obra al museo. Falguière –cabal exponente del academicismo decimonónico– integraba, junto con los escultores Mercie, Dubois y Moulin, el denominado Grupo de los Florentinos, que reivindicaba su admiración por el arte del Renacimiento. Sin embargo, con posterioridad, la producción de Falguière transmuta hacia un realismo mimético, en particular en su serie de desnudos femeninos. Según el crítico francés Yvanhoé Rambosson, “Falguière introduce un ideal moderno de las formas […] instaura en la estatuaria el desnudo actual […] son mujeres de hoy, con sus cuerpos transformados por los vestidos y los corsets”. Luego de la caída de Napoleón III en 1870, Falguière continuará recibiendo de la III República encargos oficiales. Cabe reseñar tres proyectos polémicos e inconclusos:
El triunfo de la Revolución, una cuadriga monumental en yeso instalada en el coronamiento del Arco de Triunfo de París entre 1881-1886; el
Monumento a la Revolución, erigido también en escala real en yeso en el interior del Panteón parisino, y el grupo escultórico
El Sena y sus afluentes, emplazado en la fuente del Trocadero hacia 1878. Los tres proyectos –maquetas de efímera existencia– finalmente nunca fueron fundidos en bronce y sucumbieron a los estragos de la intemperie y de la burocracia oficial. Buenos Aires atesora varias obras de Falguière, como
Diana, del Jockey Club, donada por Carlos Pellegrini hacia 1896. Aunque en 1953 resultó muy dañada por el incendio de la sede de Florida, aún preside la escalinata de la actual sede del club en la avenida Alvear. Afortunadamente, una pieza idéntica –e intacta– se preserva en el castillo de Chambord, en Francia. En el cementerio del barrio de la Recoleta, el cenotafio de Lucio Vicente López ostenta
La resistencia, una versión en mármol del mítico desnudo femenino modelado en nieve por Falguière –devenido soldado de la resistencia francesa– durante la guerra franco-prusiana de 1870. La Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires conserva las figuras monumentales de Moreno y Malaver, firmadas por el escultor y fundidas por Thiébaut y Denonvilliers, respectivamente. Falguière también diseñó hacia 1880 el monumento ecuestre al general Paz, erigido en Córdoba, y una
torchère en el palacio Paz, actual sede del Círculo Militar. Asimismo, un busto de su autoría, que representa al presidente Quintana, se exhibe en la Casa Rosada.
por Hugo Pontoriero