Comentario sobre Squero a Venezia (Astillero en Venecia)
El tema veneciano y la técnica pictórica de
Astillero en Venecia son típicos de las obras de la madurez de De Pisis. Sus primeras pinturas, en comparación, reflejaban la temprana orientación del artista hacia la pintura metafísica. En 1916, mientras estudiaba literatura y filosofía en la Universidad de Bolonia, De Pisis conoció a Giorgio de Chirico, su hermano Alberto Savinio y al que fuera pintor futurista, Carlo Carrà, en su Ferrara natal. Escritor y poeta de formación, su aporte inicial al movimiento fue como mentor intelectual y colaborador literario en la publicación
Valori Plastici. Se dedicó seriamente a pintar a partir de 1920, y sus primeras obras reflejaban su educación humanista y su fascinación por las antigüedades y la recolección de especímenes de la naturaleza. De Pisis produjo una cantidad de naturalezas muertas, acabadas con soltura, en las que curiosas yuxtaposiciones de ítems diversos –recurso típico de la pintura metafísica– eran presentadas en espacios interiores inclinados, o, menos frecuentemente, en exteriores marinos. Las naturalezas muertas al aire libre fueron uno de los temas característicos a lo largo de su carrera, pero solo cuando De Pisis dejó Roma para viajar a París, en 1925, los paisajes independientes o las vistas urbanas comenzaron a aparecer con mayor relevancia en su obra.
Pese a que a través del círculo de
Valori Plastici el artista italiano había entrado en contacto con la vanguardia francesa y hasta llegó a relacionarse con Guillaume Apollinaire y Tristan Tzara, fueron las obras de los grandes artistas franceses del siglo XIX, Eugène Delacroix, Édouard Manet y el impresionismo de Alfred Sisley y Camille Pissarro, los que atrajeron su admiración e interés en París (1). De Pisis nunca había adoptado totalmente el acabado plano e impersonal de las pinturas metafísicas de De Chirico o Carrà, y ya en Francia, bajo la influencia del impresionismo, sus obras se distinguían por su pictoricidad y la abundancia del impasto. La creciente variedad en la obra de De Pisis, y las pinceladas quebradas que frustran el intento del observador de fijar su vista en un punto u objeto de la escena, se plasman en la fluctuante superficie de
Astillero en Venecia. Su manipulación del color, y en este caso el uso de acentos anaranjados en todo el astillero y la arquitectura que lo circunda, también muestran la influencia de Henri Matisse, a quien el artista había conocido en París.
Algunos sugieren que la mudanza a Francia de De Pisis había sido precipitada tanto por su incomodidad ante un clima político cada vez más reaccionario, como por su ambición artística. Sin embargo, en la década previa a la Segunda Guerra el artista comenzó a viajar nuevamente a su tierra natal, y regresó definitivamente tras el estallido de las hostilidades. Se estableció finalmente en Venecia en 1944. Algún tiempo después, probablemente, fue pintado
Squero a Venezia. Las escenas venecianas de De Pisis llegaron a constituirse en una parte importante de su obra, y en contraste con la inquietud metafísica de sus naturalezas muertas, que también siguió pintando, sus paisajes se caracterizaron por un grado de naturalismo que reflejaba la persistente influencia del impresionismo (2). La mayoría de sus paisajes venecianos celebran la relación de la arquitectura de la ciudad con luminosas vistas del agua por medio de manchas de color y tramas de luz. Este interés también sugiere una deuda con la pintura de su predecesor dieciochesco, Francesco Guardi (3). Las sombras del fondo en
Squero a Venezia, más oscuras de lo normal, enfatizan el carácter industrial del espacio descripto.
por Kate Kangaslahti
1— Waldemar George, “Filippo De Pisis; or The synthesis of antithesis”, Formes, Paris, nº 32, 1933, p. 363-364.
2— Vincenzo Costantini, “La peinture italienne après le futurisme” en: René Huyghe (ed.), Histoire de l’art contemporain: la peinture. Paris, F. Alcan, 1935, p. 487.
3— G. Marchiori, “L’hommage de Venise à Filippo De Pisis”, XXe Siècle, Paris, nº 32, junio de 1969, p. 142.