Arte Argentino
Un vasto panorama de arte argentino, con obras de sus mayores representantes
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Del 1 de agosto de 2001 al 1 de septiembre de 2001
Pabellón de exhibiciones temporarias | Exposición "Eduardo Sívori. Artista moderno entre París y Buenos Aires".
Curador/a: Jorge Glusberg
Carlos Gorriarena nació en Buenos Aires, el 20 de Diciembre de 1925. En 1948, abandonó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes para incorporarse al alumnado de Demetrio Urruchúa."A los 17 años de edad ingresé a la Escuela de Bellas Artes y tuve la suerte de tener dos grandes maestros, Lucio Fontana - el que luego partiría para Italia - en escultura, y Antonio Berni en dibujo. A los pocos años abandoné la escuela y proseguí mis estudios con el pintor Demtrio Urruchúa - un ejemplo de vida - el "anarquista" enrolado en un importante grupo de pintores sociales."Hizo su primera exhibición en 1959, y fue cofundador y participante del Grupo del Plata (1960-1964). En 1962 es invitado por la Michael Karoly Memorial, que dirigía Bertrand Russel, a Vence (Francia). Durante los años 1971-72, reside en Madrid.Gorriarena obtuvo el Gran Premio de Honor del Salón Nacional 1986, la máxima distinción a las artes visuales, por su obra Pin Pan Punk.Gorriarena es un destacado exponente de los que hemos denominado Arte Político, cuyo iniciador en la Argentina fue Antonio Berni, en la década del 30. Pero no esta una forma de propaganda realizada en favor de un partido, una ideología o un gobierno, sino un cuestionamiento ético de la realidad social, que constituye por sí sola un fenómeno político.Catálogo de la Exhibición Carlos Gorriarena por Joge Glusberg.Edición Agosto 2001Museo Nacional de Bellas Artes———————
(…) Asistimos, de alguna forma, a una especie de desfile triunfante de una burguesía en decadencia, que alardea con gran desenvoltura sus pertenencias, su gran poderío sobre los otros, como aquellos hombres que posan orgullosamente al lado se sus mujeres que, a su vez, exhiben con suavidad sus encantos. Por otra parte vemos un propietario sentado confortablemente en medio se su terreno, o una mujer madura posando dignamente al lado de su piscina, rodeada de dos leopardos perfectamente domesticados. Aunque los personajes hacen alarde de su seguridad, sus entornos "kistch" revelan lo rídiculo de la situación.
Gorriarena busca poner en evidencia las relaciones entre personas en las que el aspecto protocolar predomina sobre cualquier otra forma de intercambio, conservando una ambiguedad entre la atracción y la repulsión, entre el amor el odio existente en las relaciones humanas. Ese protocolo gestual permite manipular la violencia latente, inhibiéndola, controlándola para que resulte socialemente aceptable. Esto no nos impide en lo absoluto entrever a través de esta falsa sociabilidad, la brutalidad de los gestos realizados.
Todo ese universo decadente, la atmósfera de degeneración que vivió en Europa a principio de siglo y que se deja ver inevitablemente en el arte expresionista, no se encuentra en las obras de Gorriarena. Hay, por supuesto, cuerpos fláccidos y caras hinchadas, pero es sobre todo una concuspiscencia entre el poder y el deseo que aparece representado en sus cuadros, la que vuelve al mundo mucho más deplorable de lo que es. Los cuerpos desnudos o los personajes vestidos muestran todos un cinismo vulgar, de tal manera que parecerían dichosos de su destino y complacientes de su propia mediocridad. Sin caer en un discurso político sobre el mundo actual, Gorriarena muestra, más que nada, las transformaciones y las consecuencias de una corrupción sin tapujos.
Gastón St-Pierre, 1997
Página 58, Catalogo de la exhibición.
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