Arte Argentino
Un vasto panorama de arte argentino, con obras de sus mayores representantes
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La muestra de fotografía de artistas coreanos “Mega Seúl 6 décadas”, organizada por el Museo Nacional de Bellas Artes, el Centro Cultural Borges y el Centro Cultural Coreano en Argentina, puede visitarse en la sala Bellas Artes/Bon Marché del CC Borges, con entrada gratuita, hasta el 20 de noviembre.
La exposición, que conmemora el 60 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Corea y Argentina, reúne 67 imágenes de la capital de la República de Corea registradas por trece fotógrafos de ese país durante los últimos 60 años, que dan cuenta de cómo la ciudad se transformó en la megalópolis actual, hogar de más de diez millones de personas, a veces extraña a los ojos de sus propios habitantes.
Durante la apertura, el director del Bellas Artes, Andrés Duprat, afirmó: “Registrar más de medio siglo en la vida de una ciudad implica asumir el vértigo de las transformaciones con mirada piadosa y crítica a la vez. En la medida en que la modernización avanza, mucho se gana pero también mucho, en forma irremediable, se pierde. Esta exposición conjuga ambas contingencias a través de la experiencia estética: es un registro, un ritual de pasaje, un conjuro, un testimonio y una alerta sobre el devenir de una sociedad que se ve a sí misma con mirada lúcida y sutil”.
Con distintas aproximaciones y poéticas, a través de la mirada irónica o nostálgica de artistas de distintas generaciones, la muestra sintetiza las últimas décadas del principal centro político, económico y cultural del país asiático, y pone en foco la reminiscencia de la vieja ciudad, las contradicciones de sus calles, barrios y distritos. Presentan sus trabajos las fotógrafas Eunjong LEE y Hyewon KEUM, y los fotógrafos HAN Chungshik, Soontai HONG, KIM Kichan, JOO Myung Duck, KOO Bohnchang, Gap-Chul LEE, AHN Sekwon, BANG Byungsang, Chanmin PARK, Sunkwan KWON y PARK Ki Ho.
“La posibilidad de realizar esta magnífica exposición ‒precisó Duprat‒ tuvo su origen en un programa organizado por KOFICE (Fundación Coreana para los Intercambios Culturales Internacionales). A partir de allí, trabajamos conjuntamente entre el Bellas Artes y el Museo de la Fotografía de Seúl, a través de Ricardo Visentini, coordinador ejecutivo del Bellas Artes, y Kim Sunyoung, curadora del Museo de la Fotografía de Seúl, para finalmente llegar a concretarla con la colaboración del CC Borges y el CC Coreano”. Luego de presentarse, en distintos formatos, en Hong Kong, Vietnam y Filipinas, la exhibición llega a Buenos Aires auspiciada por el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo de Corea y el Ministerio de Cultura de la Argentina.
La directora del CC Coreano, Bowha Han, presente en la inauguración, se refirió a la relevancia de la fotografía en su país: “La profesión del trabajo fotográfico en Corea se remonta al año 1884. El cambio de las cámaras acompañó el desarrollo tecnológico de Corea, que continuaría en el siglo XX. La fotografía se ha consolidado gradualmente como un gran campo de arte en Corea”. Respecto de esta exposición, señaló: “Es un registro muy importante para comprender parte de la cultura coreana”.
Por su parte, el director del CC Borges, Ezequiel Grimson, explicó durante la apertura que esta muestra “es un anticipo de la presentación del Museo Nacional de Arte Oriental en su sede definitiva, en el Centro Cultural Borges”. “Es un comienzo muy propicio, y esperamos que sirva como un puente entre nuestras comunidades para continuar con más intercambios entre Corea y la Argentina, como de hecho venimos haciéndolo con otros países”, añadió.
Lugar emblemático de la cultura argentina, el Centro Cultural Borges reabrió sus puertas en marzo de 2022 bajo la órbita del Ministerio de Cultura de la Nación, para albergar variadas actividades artísticas y culturales en sus más de 9000 metros cuadrados, donde hay auditorios, aulas y espacios de exposición. Uno de ellos es la sala Bellas Artes/Bon Marché, el ámbito donde ahora se exhibe “Mega Seúl 6 décadas”. El CC Borges está emplazado en Viamonte 525, ciudad de Buenos Aires, y recibe al público de miércoles a domingo, de 14 a 20, con entrada libre y gratuita.
Más información sobre la muestra, aquí.
Sobre los trece artistas participantes:
El centro de Seúl fotografiado por el artista muestra el hermoso y silencioso paisaje urbano que existe solo en la memoria del pasado.
El fotógrafo capturó el paisaje de los rincones de Seúl desde los años 60. En sus obras se aprecian los cambios de apariencia, las esperanzas cotidianas y el paisaje cultural de la ciudad.
La serie Back Alley View presenta el escenario en desarrollo al sur de Seúl en los años 80. Los trabajos de KIM Kichan reflejan cómo esta zona cambia rápidamente de cálida y silenciosa a un área urbanizada.
Sus fotografías toman como escenario el moderno Seúl transfigurándose en una megaciudad. A través de la superposición de los reflejos en los vidrios, el artista revela el complejo estilo de vida y las ambiciones de las personas modernas, así como también la incompatibilidad del pasado con el presente y la coexistencia de lo real y lo virtual.
Al regresar a la ciudad luego de un período de formación en el exterior en los años 80, el artista capturó el movimiento del Seúl que nunca conoció. Se enfocó en los pequeños pueblos en proceso de desaparición, en la vida estandarizada de las personas y en los desolados paisajes urbanos.
El artista fotografió a las personas y la naturaleza de la tierra coreana a través de una visión desconocida e irreal. Capturó la ciudad en el punto de partida de su modernización, desde los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, con ángulos drásticos y fotografías instantáneas.
Su obra La luz de Wolgok-dong (2005-2007) captura las zonas en proceso de desaparición debido a la renovación del área del arroyo de Cheonggye, así como también las infraviviendas de Seúl. Su trabajo lleva a recordar los vestigios del pasado, formados a través de la constante destrucción y reconstrucción de la ciudad.
Las fotografías de esta artista se enfocan en el paisaje urbano artificial de Seúl en los años 2000. Su obra ofrece una vista donde los árboles, desordenados, dominan los espacios entre los edificios dispuestos en líneas rectas.
Su trabajo demuestra su interés en la coexistencia del ser humano con la gran ciudad. La urbe ahora provee vida y descanso a las personas, mientras que los sujetos buscan desarrollarse y cobijarse en la ciudad.
La artista fue testigo de las huellas de vida acumuladas, constantemente cubiertas y descubiertas con el vinilo azul de obra, debido a la remodelación y reconstrucción de la ciudad en los años 2000.
En sus obras, muestra que el horizonte de Seúl está lleno de altos y densos edificios sin trazos de seres humanos, incluso en barrios residenciales con rascacielos, creados justamente para la convivencia humana.
El artista expresa a las personas como pequeñas entidades dentro de la urbe en el siglo XXI. Sus obras llevan a los espectadores a interesarse en buscar relaciones privadas escondidas detrás de los edificios lujosos, en una ciudad en constante y rápido cambio.
Durante cuatro años, entre 2013 y 2017, registró el deterioro y la desaparición de los barrios antiguos de Seúl, conectando así la profundidad del espacio con la memoria. Las fotografías reveladas sobre el hanji (papel coreano) contienen paletas de colores sutiles que expresan nostalgia y pena por las casas vacías.
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