Arte Argentino
Un vasto panorama de arte argentino, con obras de sus mayores representantes
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Publicado el 1 de marzo de 2021
CATÁLOGOS
Cantidad de páginas: 125
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Una obra de arte no es solo una obra de arte. Es una intervención en el mundo cuya naturaleza es instigar a una refexión que exceda sus propósitos más evidentes.
Una obra de arte apela a los sentidos, es acicate sensorial y proliferación de signos por interrogar. Exacerba la percepción en el mismo acto en que invita a construir sentidos nuevos para pensar el mundo y sus formas. Pero es también un llamado a pensar una época, a revisar los lugares comunes con que asumimos la historia o abjuramos de ella. Es un llamado perentorio a indagar sobre los modos en que la memoria visual alumbra, oculta o corrige los eventos que traman nuestras vidas y la vida de las naciones.
Raras veces el arte y la narración de la historia se conjugan con virtuoso equilibrio. Este es el caso de las veintidós tablas realizadas por Miguel Gonzales en el México del siglo XVII, que integran el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes y son exhibidas en la nueva sala de arte colonial.
Obra mayor del criollismo novohispano, constituyen extraordinarias piezas de arte, a la vez que objetos históricos de singular valor. Crónicas visuales de episodios fundamentales de la conquista de México por Hernán Cortés, pueden ser leídas como un texto en el que se conjuga la tragedia histórica con las más depuradas técnicas artísticas del período. En tercera persona, el relato remite (aunque no exclusivamente) a la Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, obra clásica de la crónica americana escrita por uno de sus protagonistas, de amplia difusión, que funda el discurso historiográfico sobre el tema. Articulando escenas narrativas de alta condensación visual, cada tabla relata varios episodios de la destrucción del México azteca por los españoles. Moctezuma y Hernán Cortés son sus guras centrales, si bien no es menor el rol de Doña Marina —la Malinche—, quien guió la expedición española. Pero sobre todo son el pueblo y los ejércitos contendientes los que ocupan el grueso de la narración.
En su estilo puede apreciarse la influencia asiática, producto del flujo de arte oriental hacia México a través del Pacífico, en concierto con la asunción de una mirada específicamente criolla, americana, indígena y española, que construye sus propias claves estéticas. Estas no se ciñen a los cánones usuales en el arte español del período: desconocen las perspectivas propias del tratamiento de las figuras, el espacio y el color. Aunque la principal novedad sea acaso la técnica del enconchado de nácar, que produce un efecto de iridiscencias que realza las escenas. Construidas de un modo no menos singular, siguen pautas propias: en la mayor parte del conjunto son tres escenas por tabla que cuentan, en general desde arriba hacia abajo, el episodio histórico descripto en la cartela que corona la pieza respectiva. La secuencia de lectura propuesta resulta inusual, ya que el movimiento de las formas guía la mirada descendente.
Piezas raras, solo existen similares en España y México. Aunque forman parte del acervo del Museo Nacional de Bellas Artes desde 1898, han sido exhibidas en contadas oportunidades. Por eso, la apertura de una sala dedicada al arte colonial en la que se muestra la serie completa constituye un acontecimiento de relevancia para el público argentino.
Andrés Duprat
Director del Museo Nacional de Bellas Artes
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