Carmelo Arden Quin, en la trama del arte constructivo

El Museo Nacional de Bellas Artes dedica al artista uruguayo Carmelo Arden Quin, figura central de la cultura rioplatense, una esperada exposición que recorre retrospectivamente su obra plástica y poética, además de situar su producción en una trama que explora las diferentes agrupaciones que integró a través del tiempo.

En 1935, Arden Quin se acercó a las ideas del pintor Joaquín Torres García y, en 1938, se radicó en Buenos Aires, donde tomó clases de Filosofía y Letras y se vinculó a los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires. La dinámica colectiva que había encontrado en el entorno torresgarciano, potenciada a través de las lecturas que realizó en el ámbito universitario –especialmente sobre el ideario marxista que abrazó en esta época–, subrayó la tendencia hacia el trabajo grupal que caracterizó toda su trayectoria.

Arden Quin tuvo un rol significativo para el entretejido de jóvenes poetas y artistas plásticos entre los que se formó el comité de redacción de la emblemática revista Arturo, que en el verano de 1944 dio el puntapié inicial para crear un arte de invención que intentaba desplazar la figuración dominante en esos momentos. En 1945 fue parte del grupo invencionista que presentó las primeras pinturas de marco recortado, las esculturas transformables y las formas articuladas que llamaron “coplanales”. Al año siguiente, fundó el movimiento MADI junto con Rhod Rothfuss, Gyula Kosice, Diyi Laañ, Martín Blaszko y Esteban Eitler, entre otros. En todas estas agrupaciones canalizó su interés por el trabajo colectivo.

Tras escindirse el grupo MADI viajó a París, donde lo refundó con algunos colegas latinoamericanos y europeos. Arden Quin mantuvo sus ideas madistas hasta el final de su larga trayectoria e, incluso, las extendió fuera de las fronteras francesas a través de la creación del movimiento MADI Internacional, al que también adhirieron artistas italianos, belgas, húngaros, estadounidenses, argentinos, venezolanos, brasileños y de otros países.

La historia del arte argentino ha valorado el capítulo del arte concreto de los años 40 y reconocido los aportes de los artistas del grupo MADI –así como las contribuciones de los integrantes de la Asociación Arte Concreto Invención y el Perceptismo–, entre los cuales ha destacado el rol que le cupo a Arden Quin en aquella vanguardia. Sin embargo, aún se conoce poco sobre el impulso que, en la década de 1950, le dio al grupo MADI en la escena cultural francesa, así como sobre los desarrollos de MADI Internacional desde mediados de los años 80.

La muestra Carmelo Arden Quin, en la trama del arte constructivo despliega las distintas variantes de su obra plástica y sus poemas móviles y, al mismo tiempo, las pone en diálogo con la producción de algunos artistas que compartieron su trabajo en la revista Arturo, el grupo MADI, el Centre de Recherches et d’Études MADI de la rue Froidevaux, en París, la porteña Asociación Arte Nuevo y el movimiento MADI Internacional. El recorrido que propone esta exposición permitirá descubrir la vitalidad
de un creador que redobló su apuesta por un arte plural y lúdico.

Andrés Duprat
Director
Museo Nacional de Bellas Artes

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