Comentario sobre Sin título
Horacio Coppola se definía a sí mismo como un fotógrafo autodidacta. De hecho, lo más cercano al aprendizaje formal fue su labor en el taller de Peterhans en la Bauhaus en Berlín, donde estuvo entre fines de 1932 y principios del año siguiente, cuando la escuela fue clausurada por la autoridad nazi. Según lo relata en su autobiografía, allí llevó adelante “un trabajo individual de atelier, metódico, de ciclo completo: elección del objeto-tema, iluminación, toma con cámara con placa 9 x 12, revelación y ampliación final.”
Esta fotografía es parte de las dieciocho fotografías que realizó allí. Al igual que en
Bauhaus Nº 1, que representa un libro abierto sobre una urdimbre textil, prima aquí el análisis detallado de las texturas y de las luces refractadas por las distintas superficies. La forma regular, la blancura y lisura de un huevo representan un desafío para quien intenta descubrir los valores fotográficos de los objetos. Estas búsquedas están sin dudas en consonancia con aquellas de Walter Peterhans. A diferencia de su predecesor en la Bauhaus, László Moholy-Nagy, Peterhans no tenía especial interés en la experimentación fotográfica y en la búsqueda de efectos, sino principalmente en una fiel representación de la realidad a partir de la ejecución de un minucioso trabajo con la luz que permitiera la reproducción de las estructuras con todos los matices de tonos posibles. Además de estas obras tempranas realizadas en la Bauhaus, la afinidad entre el profesor germano y el joven argentino se haría visible también en el breve texto introductorio, suerte de manifiesto, con que Horacio Coppola y su entonces esposa Grete Stern presentaban su primera exposición conjunta en Buenos Aires, en los salones de la revista
Sur en 1935 (1).
Entre los años ’20 y ’30 se desarrollaron, en Alemania y otros países europeos, la Nueva Objetividad y la Nueva Visión –donde cabe inscribir a la Bauhaus-, dos concepciones distintas y en cierta medida complementarias de la fotografía. Notemos que otros varios artistas vinculados con estas corrientes hicieron fotografías con huevos como objetos centrales de la composición. En el entorno más inmediato de Coppola encontramos
Stilleben mit Schwebendem Ei [Naturaleza muerta con huevo flotante] (
ca. 1930), del propio Peterhans y
Ei des Columbus [Huevo de Colón] (1930), de ringl + pit (el dúo conformado por Ellen Auerbach y Grete Stern).
La minuciosa construcción de Coppola con dos únicos objetos subraya las diferencias formales entre ambos; intentamos vincularlos, relacionarnos de alguna manera. El huevo es una forma natural perfecta y es vida potencial, un origen. El hilo, por su parte, tiene un principio y un fin. ¿O deberíamos buscar también una interacción entre ellos? Ciertamente, la elección de estos objetos trasciende el depurado el ejercicio fotográfico y deja abierto un interrogante.
por Verónica Tell
1- La pareja se había conocido en Alemania; Stern le presentó a Peterhans.