
S/T
Santilli, Marcos. c. 1972
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 11983
Obra No Exhibida
A inicios de la década de 1980 el virus del sida comenzó a propagarse por todo el mundo hasta convertirse en una de las peores epidemias contemporáneas. Millones de personas morían diariamente por su causa y otras tantas se descubrían enfermas sin que la medicina pudiese aun hacer algo al respecto. Fue recién en 1996, con el descubrimiento del llamado “coctel” –una combinación de drogas capaces de combatir los efectos del virus–, que la enfermedad pudo ser controlada. En Argentina, a pesar de las campañas de difusión sobre las formas de contagio, el temor, y con ello la discriminación hacía quienes padecían el virus, se instaló en gran parte de población como otro de los flagelos producidos por la enfermedad. Ante esta situación, bajo el nombre de “Fabulous Nobodies”, Roberto Jacoby y Mariana Sainz (conocida como Kiwi) iniciaron en 1994 la campaña Yo tengo sida. La misma consistió en la confección de remeras estampadas con dicha frase para que fuesen usadas por diferentes personalidades de la cultura y el deporte.[1]Su objetivo era acortar la distancia que la sociedad mantenía con el sida, revertir la concepción de que se trataba de un problema que afectaba a una minoría y combatir la discriminación que padecían los infectados y enfermos a través de las identificación con ellos.[2] Entre las personalidades que usaron la remera se contó el músico y cantante Andrés Calamaro.
En palabras de Jacoby, Fabulous Nobodies era “una agencia creativa para hacer campañas sin productos que funcionó durante los años 1993 y 1994”.[3]Esta publicó dos avisos en la revista Escupiendo milagros y otro en la revista El libertino, el cual consistió en la fotoperformance Maresca se entrega-todo destino (1993), pieza que también integra la colección del Museo Nacional de Bellas Artes. En la medida en que dichos avisos-obras sólo existieron como información, se relacionaron con el llamado “arte de los medios de comunicación de masas” que Jacoby desarrolló a mitad de los años sesenta junto con los artistas Eduardo Costa y Raúl Escari y el teórico Oscar Masotta.
El “arte de los medios…” se inscribió dentro de la vanguardia experimental que durante aquellos años tuvo como epicentro el Instituto Di Tella. Allí, Jacoby desarrolló diversos eventos artísticos, entre ellos, Mensaje en Di Tella (1968), un manifiesto que, transcripto en un gran pizarrón, cuestionaba el sistema del arte burgués (su carácter autónomo, ajeno a la praxis vital) al tiempo que instaba a fusionar el arte con la vida social. Junto al manifiesto había una fotografía de un militante afroamericano que sostenía un cartel contra la guerra de Vietnam y un teletipo que transmitía los informes de la agencia de noticias France-Press sobre los acontecimientos del mayo parisino de 1968.[4]
Ese mismo año Jacoby participó en la obra colectiva Tucumán Arde, una acción contrainformacional de la situación política y social que atravesaba la provincia que fue realizada en la sede rosarina de la CGTA (Confederación General del Trabajo de los Argentinos).
Tras esta acción, Jacoby abandonó la práctica artística al igual que muchos otros jóvenes creadores de la época para los cuales las posibilidades de incidir en la realidad social desde lo artístico parecía haber llegado a su límite. Según el propio artista, en aquel momento se sentía “más para el lado de la revolución que para el lado del arte”.[5]
A comienzo de los años 1970 Jacoby retomó sus estudios de sociología en la Universidad de Buenos Aires que había abandonado un lustro antes. Durante aquella década desarrolló diversas investigaciones en el Centro de Investigación de Ciencias Sociales (CISCO) e inició la escritura del libro El asalto al cielo publicado por la editorial Mansalva en 2014. También trabajó como periodista cultural y en publicidad.[6] Durante los años 1980 escribió varias letras de canciones para el grupo de música pop-rock Virus que lideraba Federico Moura y participó de manera activa en la “movida” artístico-cultural de lo que se dio en llamar el “underground porteño”.[7]
En 1988, luego de veinte años de distanciamiento con el campo artístico institucional, Jacoby integró la exhibición colectiva La escena intangible junto a Oscar Bony, Alejandro Kuropatwa y Pablo Suárez en el ICI (Instituto de Cooperación Iberoamericana, actual Centro Cultural de España en Buenos Aires). Allí mostró una instalación compuesta por diferentes elementos, entre ellos una maqueta del mismo espacio en el que se desarrollaba la muestra y que luego, en 1993, sería utilizada por Sebastián Gordín para la realización de El pintor Gordín en el ICI, obra que pertenece a la colección del Museo Nacional de Bellas Arte.[8]
Hacia fines de la década del noventa creo la Fundación START (Sociedad, Tecnología y Arte) a través de la cual desarrolló varios proyectos, como Bola de Nieve (una base de datos de artistas argentinos y generada por estos mismos disponible en internet), Venus (una moneda con la que se podían intercambiar bienes y servicios) y la revista de arte ramona que publicó 101 números a lo largo de la primera década del siglo XXI y que en la actualidad continúa apareciendo semanalmente en la web.
En 2002 Jacoby obtuvo la Beca Guggenheim a la creación artística, en 2010 participó de la Bienal de San Pablo y en 2011 realizó una exhibición antológica en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid).
[1] Roberto Jacoby, “Yo tengo sida”, Página/12, Buenos Aires, [fecha?], 1994, p. [?]. Disponible en: http://archivosenuso.org/jacoby-conceptos-fetiche/sida#viewer=/viewer/968%3Fas_overlay%3Dtrue&js
[2] Roberto Jacoby, “Yo tengo sida”, Ana Longoni (ed.), El deseo nace del derrumbe. Roberto Jacoby. Acciones, conceptos, escritos, [cat. exp], Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, del 25 de febrero al 30 de mayo de 2011, p. 359.
[3] Roberto Jacoby, “Yo tengo sida”, Ana Longoni (ed.), ibid.p. 346.
[4] Ana Longoni (ed.), El deseo nace del derrumbe., op.cit.
[5] Daniela Lucena y Fernando Davis, “Biografía. Metamorfosis de una vida en fuga hacia adelante”, Ana Longoni (ed.), El deseo nace del derrumbe., op.cit. p. 473.
[6] Ibid.
[7] Ibid.
[8] Natalia Pineau, “Sebastián Gordín, El pintor Gordín en el ICI, 1993”, Catálogo Razonado del Museo Nacional de Bellas Artes, disponible en http://www.mnba.gob.ar/coleccion/obra/11574
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