Comentario sobre Desnudo
En 1919, Marco Sibelius ante una exposición en Witcomb de Antonio Ortiz Echagüe lanzó sus diatribas hacia la influencia de Hermen Anglada Camarasa, que consideraba perjudicial para el arte local: “el joven medio artístico, seducido por las tendencias más anarquizantes e individualistas del momento ‘reza’ a Gauguin en las horas que les deja libre el culto saturniano de Anglada” [1]. Ortiz Echagüe había coincidido con Anglada en la Académie Julian y en la formación bajo el espíritu finisecular cuyos rasgos diversos –simbolismo, orientalismo, realismo– se retoman en la pintura del primero a lo largo de su producción, matizados por el naturalismo del taller de Léon Bonnat donde se formó plenamente. Su pintura de los años veinte fue asociada tanto con Sorolla como con el regionalismo de Zuloaga (este es notorio en obras como
La santera, Musée des Beaux-Arts, Pau). Así, en la recepción de Ortiz Echagüe se enunciaba a los disímiles artistas internacionales del arte español para legitimarlo o desvalorizarlo.
El artista era una figura conocida en Buenos Aires desde 1913. En 1924 cuando se adquirió este desnudo se encontraba radicado entre Buenos Aires y La Pampa, lugares donde alternó entre 1923 y 1926, combinando la demanda de retratos burgueses con la vida rural. La compra de la obra debe haber estado influenciada por dos motivos: el primero, la reproducción de un artículo de Leopoldo Lugones de 1921, y el segundo, la obtención de la medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid con su pintura de “estilo holandés”
Jacobo van Amstel en mi casa, que el pintor como golpe de efecto expuso en Van Riel en septiembre de 1924 [2].
En
Desnudo la cita erudita a Manet es solo un recurso visual, como en otros desnudos del artista ha sido Goya. La pintura tiene un marcado erotismo apoyado en el contraste de la aristocrática figura femenina, vestida de fiesta, y el cuerpo sugerente recostado desnudo –solo calza zapatos– con una manzana en su mano. El color vigoroso, el manejo técnico de las pinceladas, la gestualidad teatral de la figura vestida y el ambiguo paisaje del fondo capturan la atención del espectador, cuya mirada parte de la presencia del cuerpo desnudo. Carlos Reyero ha señalado el erotismo multisensorial y el fetichismo sexual que definen este género de pinturas, practicado, entre otros, por Anselmo Miguel Nieto y Julio Romero de Torres [3].
Ortiz Echagüe regresó a su estancia La Holanda en La Pampa en 1933 [4], donde permaneció hasta su muerte, siempre distante de los debates de los exiliados españoles acorde a su ideología monárquica, reconocida al ser nombrado académico correspondiente de San Fernando en 1940 [5].
por Roberto Amigo
1— Marco Sibelius, “Ortiz Echagüe. Pintor español”, Augusta. Revista de arte, Buenos Aires, a. 1, nº 3, junio de 1919.
2— Como señala Montserrat Fornells Angelats esta pintura también se conoce con el nombre de Las amigas y así aparece citada en distintas exposiciones que realizó el artista.
En el catálogo de 1924 figura como Desnudo con el nº 6.
3— Carlos Reyero, “La mujer, divino artificio. Trascendencia y frivolidad en la imagen finisecular de la feminidad” en: Valle-Inclán (1898-1998): escenarios. Actas del seminario internacional. Santiago de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, 2000, p. 11.
4— Véase: María Elena Babino, Una paleta en el desierto: Museo Atelier Antonio Ortiz Echagüe. La Pampa, Museo Atelier Antonio Ortiz Echagüe, 1998 y Elisabeth Smidt de Ortiz Echagüe, Antonio Ortiz Echagüe: testimonio de su esposa. La Pampa, Dirección de Cultura/Biblioteca pampeana, nº 1, 1968.
5— En 1937 expuso en Amigos del Arte motivos del norte de África, sur de España y las costas holandesas. Véase: Antonio Pérez-Valiente de Moctezuma, “Óleos de Antonio Ortiz Echagüe”, Nosotros, Buenos Aires, segunda época, a. 2, nº 16, julio de 1937, p. 305-307.
Bibliografía
1991. FORNELLS ANGELATS, Montserrat, Antonio Ortiz Echague. El pintor y su obra (1883-1942). Tesis de doctorado, Vitoria, Universidad del País Vasco, Facultad de Filología, Geografía e Historia, mimeo, p. 212. — FORNELLS ANGELATS, Montserrat, “Antonio Ortiz Echagüe. El hombre y su obra (1883-1942)” en: Antonio Ortiz Echague (1883-1942), cat. exp. Madrid, Centro Cultural Conde Duque, p. 110.
1997. FERNÁNDEZ GARCÍA, Ana María, Catalogo de pintura espanola en Buenos Aires. Oviedo/Buenos Aires, Universidad de Oviedo/FFyL-UBA, no 437, reprod. p. 134.