Comentario sobre City Hall (N.Y.)
El óleo
City Hall se refiere a una escena urbana de Nueva York, pero fue realizado en Montevideo, en los últimos años de vida del artista, sobre la base de sus bocetos y dibujos neoyorquinos.
La pintura que Joaquín Torres García realizó durante su estadía en Nueva York (1920-1922) presenta una gran diversidad de recursos y de soluciones estéticas que hablan del impacto visual y existencial que tuvo en él esa ciudad. Se trató de un período extremadamente fértil y experimental en el que profundizó, ante la infinidad de nuevos estímulos visuales, ciertas formas de representación de la ciudad ya iniciadas en Barcelona y Bilbao entre 1918 y 1919.
En
Historia de mi vida él mismo definió la pintura de su período neoyorquino como “Una pintura que se había iniciado en 1918 en Barcelona: aspectos de calles, del puerto, del tráfico en las inmediaciones del tren y objetos de toda suerte –todo respondiendo a una visión muy personal […] expresionista y geométrica a la vez, y muy dinámica– a veces dando la impresión real y otras en un verdadero sintetismo, pintura de ritmos libres, pero ya con dominantes de vertical y horizontal que más tarde serán fundamento de otra pintura”.
Su trabajo como artista y docente en Montevideo (1934-1949) presenta dos períodos que se articulan sobre el punto de inflexión que constituye el año 1940. Antes de esa fecha, mantiene viva la esperanza de desarrollar un “arte constructivo” cuya base social esperaba ver ampliarse gracias a su doctrina. Después de esa fecha (año en que pronuncia su célebre 500ª conferencia), se resignará a la enseñanza y a la práctica de una “pintura construida” de acuerdo no solo con la demanda de su alumnado, sino con los parámetros de legitimación predominantes en el ámbito intelectual local, del cual obtiene el Gran Premio en el Salón Nacional de 1944, precisamente con un paisaje europeo.
City Hall, al igual que óleos como
Paisaje de Menton (con el que Torres obtiene el Gran Premio),
Notre Dame de Paris,
Cassini y otros realizados en Montevideo entre 1941 y 1945 sobre la base de apuntes tomados en Europa y en Estados Unidos, suponen una relectura que el artista hace de su propia producción anterior. Lo que rescata de ese pasado es una mirada, un fragmento de encuadre del paisaje que solía documentar en pequeños dibujos, para reelaborarlos muchos años después en formato de pintura-pintura y de “pintura construida”, algo que ya en los años cuarenta adquiría un aire relativamente convencional en el transcurso de su obra.
Los trazos de pincel que conforman la estructura dibujística de
City Hall en la parte inferior del cuadro (calles y tránsito urbano) todavía guardan cierta relación con la dinámica específica de la obra neoyorquina, pero los que conforman la trama de la masa edilicia pueden leerse como gestos propios de la pintura constructiva (abstracta) de Torres García posterior a 1929. Desde el punto de vista de los recursos pictóricos utilizados es un cuadro ecléctico, como la mayoría de sus paisajes de los años cuarenta.
por Gabriel Peluffo Linari