Comentario sobre Pintura N° 153
La trayectoria de Raúl Lozza es amplia y compleja: su inscripción artística estuvo desde la década del 30 vinculada a los grupos artísticos e intelectuales de izquierda. Su acción política ligada al Partido Comunista fue un eje importante en su búsqueda artística: publicó textos y dibujos en diarios y revisas antifascistas, entre ellos
La República. En vinculación con Héctor Lafleur trabajó en la editorial Adiáfora e integró el comité editor de la revista
Contrapunto. Entró en contacto con los editores de la revista
Arturo –publicación que inició los debates en torno a la abstracción en el ámbito porteño– y en 1945 formó parte de la creación de la Asociación Arte Concreto-Invención (AACI) junto con Tomás Maldonado, Edgar Bayley, Alfredo Hlito y Enio Iommi, entre otros. Lozza participó con sus obras y dictando conferencias en las varias exposiciones que el grupo realizó durante el transcurso del año 1946.
Esta agrupación estableció su primera línea investigativa en la resolución del marco recortado que había sido formulada por Rhod Rothfuss en
Arturo. Sin embargo, las búsquedas no cesaron y del marco recortado surgieron nuevos objetos de arte. La primera decisión en la puesta en cuestión del marco recortado fue hacer énfasis en la investigación espacial. El espacio circundante se interrelacionaba con la forma adquiriendo relevancia plástica. En este sentido, Tomás Maldonado afirmaba: “Y por este camino llegamos al descubrimiento máximo de nuestro movimiento: la separación en el espacio de los elementos constitutivos del cuadro sin abandonar su disposición coplanaria (Molenberg, Raúl Lozza). De este modo, el cuadro, como ‘organismo continente’ quedaba abolido” (1).
Para los invencionistas porteños, su propuesta, que implicaba la concretización del espacio y las formas, se inscribía como la solución histórica al problema de figura y fondo. En la revista
Arte Concreto-Invención se reproducían varios marcos recortados y dos coplanares de Molenberg y Lozza que representaban este proceso de investigación que explicaba Maldonado. Sin embargo, hacia 1947 la AACI volvió a plantearse esta solución para poner nuevamente a prueba las posibilidades del marco ortogonal.
En este momento, Lozza se distanció del grupo para continuar investigando las posibilidades del coplanar. Para él resultaba fundamental tener en cuenta el contexto espacial donde la obra se desarrollaba: es decir, color y características del muro. Así, redefinió sus ideas y junto con sus hermanos, y con la colaboración de Abraham Haber, dio forma al perceptismo.
En 1949 realizó la
Primera exposición de pintura perceptista en la galería Van Riel; en el catálogo de esta exposición, Lozza señalaba: “Así, el perceptismo se manifiesta como la etapa superior y más avanzada de la pintura. Inaugura una nueva era en el arte, y difiere de las demás escuelas abstractas y concretas en el hecho fundamental de haber logrado por vez primera la realidad del plano-color, un nuevo concepto de estructura consustanciado con el proceso práctico de los medios visibles de creación, y la superación de las contradicciones entre forma y contenido, razón de ser del arte representativo y pesadilla del arte abstracto” (2).
Adoptando y trasponiendo al mundo de la pintura algunas nociones de la física y la matemática modernas, Lozza intentó elaborar un sistema científico para la pintura. Proponía la relación pintura-ciencia no como “cantera temática” –según la entendía Tomás Maldonado– sino en cuanto procedimiento constructivo (3). Términos, conceptos y teorías invadían las propuestas artísticas que reflexionaban a partir de fragmentos y recortes relativamente accesibles y simplificados del mundo científico (4).
Tres elementos resultan clave en la teoría de Lozza: la estructura abierta (sistema proyectual regido por líneas de fuerza centrífugas en base al cual se definen las formas), la cualimetría de la forma plana (sistema de ajuste de la unidad sintética forma-color) y la noción de campo colorido que involucra directamente el muro arquitectónico (5). Este sistema ordenador de su producción rechaza la mítica idea de obra como pieza única e irrepetible; de acuerdo con sus precisas formulaciones, la obra es susceptible de ser reproducida. La búsqueda de integración de la práctica artística en la vida cotidiana del hombre moderno era entendida por Abraham Haber según los siguientes términos: “La pintura perceptista […] no es un arte de museo, lugar donde el hombre va, según un horario fijo, a buscar su ración de sentimientos estéticos, sino que es un arte de ambiente que debe acompañar al hombre en su centro cotidiano; en el hogar, en los edificios públicos y privados, en los medios de transporte, en las oficinas, en los talleres y calles, porque debe alcanzar al hombre en la manifestación de su realidad y no en el caño de escape que es una sala de museo” (6).
por María Amalia García
1— Tomás Maldonado, “Lo abstracto y lo concreto en el arte moderno”, Arte Concreto, Buenos Aires, nº 1, agosto de 1946, p. 5-7.
2— Raúl Lozza. Primera exposición de pintura perceptista, cat. exp. Buenos Aires, Galería Van Riel, 1949.
3— “Editorial”, Perceptismo. Teórico y polémico, Buenos Aires, nº 1, octubre de 1950, p. 1; Abraham Haber, “Pintura y percepción”, ibidem, p. 4-5.
4— Gabriela Siracusano, “En busca del paradigma oculto: una reflexión sobre la obra y el universo epistémico de Raúl Lozza” en: El arte entre lo público y lo privado. VI Jornadas de Teoría e Historia de las Artes. Buenos Aires, CAIA, 1995, p. 241-248. 5— Lauría, 1997; Jorge López Anaya, “Raúl Lozza. El fin de la ficción pictórica” en: Raúl Lozza. Pintura & Arte concreto 1945- 1955, cat. exp. Buenos Aires, Fundación Banco Patricios, 1993. 6— Abraham Haber, “La pintura perceptista” en: Raúl Lozza. Primera exposición de pintura perceptista, cat. exp. Buenos Aires, Galería Van Riel, 1949.
Bibliografía
1948. HABER, Abraham, Raúl Lozza y el perceptismo. Buenos Aires, Dialogo, p. 39, reprod. p. 35.
1986. AMBROSINI, Silvia de, “Cultura. Entrevista”, Artinf, Buenos Aires, vol. 11, n. 60-61, reprod. p. 12.
1995. LOPEZ ANAYA, Jorge, “Hace 50 anos fue creada la Asociación Arte Concreto Invención”, La Maga, Buenos Aires, 5 de julio, reprod. p. 39.
1997. LAURIA, Adriana, “Cronología biográfica y artística” en: Raúl Lozza. Retrospectiva 1939-1997, cat. exp. Buenos Aires, Museo de Arte Moderno, p. 27.
1998. AMIGO, Roberto; Patricia M. Artundo y Marcelo E. Pacheco, Pintura argentina. Breve panorama del período 1830-1970. Buenos Aires, Banco Velox, reprod. p. 103.
2007. WILSON, Alfonso, Consonancia. La abstracción geométrica en Argentina y Venezuela, años 40 y 50. Caracas, Artesanogroup, reprod. p. 115.