Comentario sobre Sin Título
En el contexto de extensión de las poéticas neoexpresionistas a comienzos de la década de 1980, Juan Lecuona optó por elaborar una imagen que ensayaba sobre las posibilidades plásticas de la fusión entre la figuración y la abstracción. Como resultado, su pintura se apropió de una apariencia gestual, más construida que espontánea, para investigar las cualidades perceptivas de una forma, en principio orgánica, y que luego de un insistente proceso de variaciones arribaría a la síntesis geométrica.
Desde esta concepción nutrida por la tradición local de la
geometría sensible, en 1986 Lecuona comenzó una serie de obras cuyo único y central motivo era la cala. Con insistencia reproducía los contornos de las calas del patio de su casa de la infancia. A través de trabajos monocromáticos o con paletas de color más variadas, Lecuona buscaba despojar a la cala de su connotación de muerte. Para el artista representaban a las minorías segregadas que, como la flor, quedaban excluidas de un universo simbólico positivo y también del mercado. Progresivamente la monumental silueta de la flor se transformó en un triángulo atectónico (1) portador de texturas que simulaban una carga matérica que sus pinturas no poseían o perdían luego de que el artista trabajara las superficies pictóricas con trapos.
La obra del Museo es un ejemplo paradigmático de la serie por la acentuación de la geometría del motivo original. Realizada en 1986 pero exhibida por primera vez en 1987 –de allí el registro impreciso de su datación en publicaciones anteriores– la pintura originalmente formaba parte de un díptico (2).
Lecuona estudió con Miguel Dávila y expuso en muestras colectivas desde 1978. Realizó su primera exhibición individual en la galería Tema en 1984. Fue integrante del Grupo Babel, junto con Eduardo Médici, Héctor Médici, Nora Dobarro y Gustavo López Armentía. Si bien la actuación del grupo –que desde 1986 expuso intensamente durante tres años en la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay– fue contemporánea a la realización de la obra del Museo, esta no fue exhibida en su contexto, aunque sí lo fueron otras similares de la misma serie.
por Viviana Usubiaga
1— María José Herrera, “La sensualidad de la pintura” en: AA.VV., Lecuona, 2007, p. 11-13.
2— Dado que la Fundación Antorchas adquirió solo una de las telas del díptico, la obra comenzó a funcionar en forma individual. La segunda pintura, perteneciente a la colección del artista, se encuentra actualmente en un despacho del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires.
Bibliografía
2007. AA.VV., Lecuona. Buenos Aires, Arte al Dia Ediciones/Latin American Art, reprod. color p. 50.