S/T
Santilli, Marcos. c. 1972
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 10626
Obra No Exhibida
En 1972, Horacio Zabala escribió con la letra de imprenta característica de su formación de arquitecto: “este papel es una cárcel”. Luego tomó una foto de su mano en el acto de la escritura, y este registro fue el antecedente de la serie de cárceles que desarrolló y expuso un año después (1).
El enunciado implica, por un lado, que el papel, en cuanto soporte, es la cárcel de las formas que contiene y las condena a expresarse en las dos dimensiones del plano. Poco después realizó otra obra con el enunciado Art is a Jail (el arte es una cárcel). Pero la interpretación que Zabala da a la cárcel y al arte como cárcel responde a dos problemáticas diferentes. Una se refiere al contexto socio-político, y la otra a su propia teoría del arte, en la que la crítica se centra sobre la institución: el sistema que constituye el arte en la sociedad contemporánea (2).
En 1971, Zabala integró el Grupo de los 13 del Centro de Arte y Comunicación (CAYC). Formado por un equipo interdisciplinario de artistas visuales (3), practicaban una versión regional del arte conceptual que la crítica internacional denominó entonces como conceptualismo ideológico (4). Un arte que hablaba de los sistemas políticos y sociales latinoamericanos a partir de modelos aportados por las ciencias. En el caso de Zabala, la arquitectura y su metodología proyectual. Un arte de procesos, más que de objetos, un arte de sistemas, como lo definió Jorge Glusberg, crítico mentor del grupo.
El contexto político argentino era el de la dictadura impuesta desde 1966. La prohibición de los partidos políticos y la crisis económica habían estallado en 1969 con revueltas populares y la instalación de la violencia. La censura y la cárcel por motivos políticos eran parte de los riesgos cotidianos. En 1973, pocos días después de asumir el presidente constitucional Héctor J. Cámpora y declarar la amnistía a todos los presos políticos, Zabala expuso sus arquitecturas carcelarias en el CAYC. En el prólogo, Glusberg señalaba que los anteproyectos intentaban “explicitar las estructuras represivas de la sociedad en la que le ha tocado actuar como artista y arquitecto” (5).
Las cárceles albergan a distintos reos, entre ellos a los artistas. Michel Foucault señaló que las prisiones son la exteriorización del sistema judicial, que busca reencaminar como dócil y útil para la sociedad al que delinque. La cárcel disciplina los cuerpos, ordena a los individuos y los clasifica en base a un aparato de observación que codifica su comportamiento. El modelo de cárcel, presente en el derecho del siglo XVIII, es el Panopticon o Inspection House de Jeremy Bentham, donde el prisionero siente la presencia ubicua del vigilante en el espacio de confinamiento. Las cárceles que Zabala proyectó son totalmente ineficaces a los fines del aparato de información que es la arquitectura carcelaria (6). Acentúan el aislamiento, son subterráneas o flotantes, no se ofrecen en el entorno urbano como signo ejemplificador. En Anteproyecto de cárcel flotante para el Río de la Plata III de la colección del MNBA, el preso vive en un habitáculo esférico de concreto que flota a dos aguas anclado al lecho del río. Como un gran útero en el que se mece, solitario, al ritmo de las corrientes. El hombre forzado por el aislamiento se reencuentra consigo mismo, reflexiona. Estas cárceles son una metáfora de los procesos de introspección y sujeción a reglas –disciplina– que implica la creación artística, a la vez que señalan el contexto de un continente convulsionado que critica a los poderes hegemónicos.
1— El papel sobre el que escribe fue previamente doblado formando una grilla ortogonal que alude a un enrejado.
2— Véase: Belén Gache, “Horacio Zabala: futuro imperfecto”, Fin del mundo. Arte actual desde Argentina, Buenos Aires, nº 1, abril de 2002, [s.p.]; Fernando García Delgado y Juan Carlos Romero (comp.), El arte correo en Argentina. Buenos Aires, Vórtice Argentina, 2005.
3— Jacques Bedel, Luis Benedit, Gregorio Dujovny, Jorge Glusberg, Carlos Ginzburg, Víctor Grippo, Jorge González Mir, Vicente Marotta, Luis Pazos, Alfredo Portillos, Juan Carlos Romero, Julio Teich y Horacio Zabala.
4— Esta denominación la introduce el historiador y crítico Simón Marchán Fiz en: Del arte objetual al arte de concepto. Madrid, Alberto Corazón, 1974, cap. 2, apartado 4.
5— Horacio Zabala. Anteproyectos, cat. exp. Buenos Aires, CAYC, 1973.
6— Michel Foucault, Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión. Buenos Aires, Siglo XXI, 2002, p. 233.
1981. RUSSO, Luigi (comp.), Oggi l’arte è un carcere? Bologna, Il Mulino.
2007. GARCIA CANCLINI, Néstor, Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Buenos Aires, Paidós, p. 137. — DAVIS, Fernando, “Poéticas críticas, cartografías opacas” en: Horacio Zabala. Anteproyectos 1972-1978. Buenos Aires, Fundación Alon para las Artes. — HERRERA, María José, “Este papel es una cárcel, un gesto fecundo” en: Horacio Zabala. Anteproyectos 1972-1978. Buenos Aires, Fundación Alon para las Artes, p. 9-13.
2009. GIUNTA, Andrea, Poscrisis. Arte argentino después de 2001. Buenos Aires, Siglo XXI, p. 221.
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