Comentario sobre Le soi disant malade (El supuesto enfermo)
Le soi-disant malade fue adquirida con fondos de la Ley del Centenario junto con un conjunto de nueve obras de artistas suecos, entre los que se incluyeron Anders Zorn, August Hagborg y Gottfrid Kallsteniüs.
Las acuarelas realizadas por Carl Larsson entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, período en que se inscribe la obra del MNBA, figuran entre las imágenes más conocidas del arte sueco (1).
Larsson se inició como ilustrador de libros, revistas y periódicos. Luego se formó en la Academia de Arte de Estocolmo y viajó a París en 1877, donde permaneció durante algunos años sin alcanzar mayores éxitos en la práctica de la pintura al óleo.
Sus obras más importantes fueron aquellas que realizó en acuarela cuando se trasladó a Grez-sur-Loing (1882), una colonia escandinava situada a las afueras de París, donde conoció a su esposa Karin Bergöö, con quien tuvo ocho hijos. Si bien estos datos pueden parecer anecdóticos, a partir de este momento, y más aún luego de trasladarse a Lilla Hytnäs –una pequeña casa en Sundborn que les había cedido el padre de Karin–, Carl centró su obra en la representación de la vida cotidiana de su familia y de la casa donde vivían.
Perteneciente a este período,
Le soi-disant malade es una obra intimista, que además de adentrarnos en el mundo privado del pintor, plantea un interrogante. El título (“el supuesto enfermo”) tal vez se deba a que no hay nada en la obra, más allá de las mejillas rosadas del infante, que permita su poner que se trata de un enfermo. Bien podría estar sólo durmiendo. El título sugiere cierta complicidad entre el artista y el niño. Un secreto que la mujer, que lo está cuidando y se encuentra concentrada en la lectura, desconoce.
La fecha de la obra, 1908, permite descartar que se trate de uno de sus hijos, ya crecidos para esta época, a menos que la pintura no estuviera respondiendo al momento presente, sino más bien a un recuerdo sucedido en esa casa. Las acuarelas de esta época presentan en general la misma estrategia de representación: el artista se ubica en una posición de observador silencioso pero al mismo tiempo cómplice de lo que está sucediendo. Los espacios que se abren o se recortan a partir de una puerta, de una ventana o de espacios parcialmente abiertos, fueron un recurso muy utilizado por Larsson, como una forma de invitar al espectador a curiosear en su mundo privado.
Sus acuarelas mantienen una estrecha relación con el lenguaje de la ilustración. Tal vez sea por eso que él nunca consideró a estas obras como las más significativas de su producción. Sin embargo, sus grandes dimensiones, la luminosidad y el ambiente las constituyen como lo más representativo de su obra, apreciada por el coleccionismo.
por María Sofía Frigerio
1— Échappées nordiques. Les maîtres scandinaves & finlandais en France (1870- 1914), cat. exp. Lille, Somogy, 2008, p. 145.