
Arlequín
Pettoruti, Emilio. 1928
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 2697
Obra No Exhibida
Cuando era un joven aspirante a pintor en su Havre natal, Othon Friesz estudió con el artista académico Charles Lhuillier, quien le exigió, como parte de su instrucción, que bosquejara una escultura antigua todos los días. Era una actividad que tanto el maestro como el alumno describían como una “plegaria diaria”, práctica que inculcó en Friesz un gran respeto por la figura humana, cuyos ecos permanecen en su obra de madurez Dans le jardin de l’Émir de 1926 (1). Al llegar a París en 1908, donde estudió con Léon Bonnat, el artista frecuentó el Louvre y sació su preferencia por las dramáticas composiciones figurativas y las pinceladas expresionistas al copiar los trabajos de Paolo Veronese, Peter Paul Rubens y Eugène Delacroix. También admiraba los paisajes idealizados de Claude Lorrain y Nicolas Poussin. Esas influencias clásicas, barrocas y románticas se funden en Dans le jardin de l’Émir, donde el tema arcádico del hombre ocioso en la naturaleza es recreado en un contexto exótico y representado por medio de una exuberante y gestual aplicación de pintura sobre la tela, típica del estilo maduro del artista.
Como muchos artistas de su generación, y tras haber presenciado directamente la acogida que tuvo en la muestra del Salón de Otoño en 1905, Friesz cayó bajo la influencia del fauvismo. Entre 1905 y 1907, abandonó la figura humana para centrarse en la pintura de pequeños paisajes, adoptando una nueva extravagancia colorística y una línea ondulante y recargada que lo acercaron a la abstracción. Sin embargo, la experimentación de Friesz con el fauvismo fue breve y acabó cuando el artista sintió un renovado interés por las composiciones figurativas y un énfasis en la estructura pictórica y la monumentalidad, tras un viaje a La Ciotat con Georges Braque en el verano de 1907. En sus trabajos subsiguientes optó por una paleta naturalista para describir cuidadosos arreglos de figuras en un paisaje idílico. La elección de Friesz del paisaje clásico, un tema al que regresaría frecuentemente durante el resto de su carrera, estaba marcada tanto por la influencia de Paul Cézanne –en el caso de Friesz, especialmente por su serie de Bañistas– como por los temas de la Edad de Oro, en boga en aquel momento (2).
La factura exótica del familiar tema arcádico que se da en Dans le jardin de l’Émir puede ser explicada en parte por una segunda fuente en la cual Friesz se habría inspirado para su representación inicial de bañistas. Según explicó, la composición del primero de esos trabajos, Les baigneuses (o Les demoiselles de Marseille) de 1907 (Petit Palais, Ginebra), estaba basada en el desenvolvimiento natural de un grupo de árabes que había observado en el puerto de Marsella, de lo que resultaron los toques de exotismo que atraviesan sus posteriores paisajes clásicos (3). Aun más significativo fue su viaje a Portugal en 1910. Según sus palabras, los recuerdos de su encuentro con lo exótico en la península ibérica siguieron estimulando su imaginación durante el período de entreguerras (4). Dans le jardin de l’Émir es uno de por lo menos tres trabajos similares de mediados de la década del veinte que abordan el tema de desnudos sensuales reposando en un entorno similar a un oasis (5).
La naturaleza expresiva de las pinceladas del artista, alejadas de los arreglos inspirados en Cézanne antes de la Primera Guerra Mundial, recuerda su antiguo interés por los trabajos de Rubens y Delacroix, otorgando un espeso acabado pictórico que sirve para aumentar la exuberancia del jardín y para aportar a la obra una sensación de voluptuosidad. La naturaleza imaginada e imaginaria de la escena también liga la obra con el orientalismo decorativo de las Odaliscas contemporáneas de Henri Matisse.
1— Florent Fels, Propos d’artistes. Paris, La Renaissance du Livre, 1925, p. 64.
2— Por ejemplo: Le printemps o L’âge d’or de Othon Friesz, 1908, Musée d’art moderne de la Ville de Paris.
3— Fritz Neugass, “Othon Friesz” en: René Huyghe (ed.), Histoire de l’art contemporain: la peinture. Paris, F. Alcan, 1935, p. 168.
4— Florent Fels, op. cit., p. 68.
5— Othon Friesz, La danse devant l’Émir, 1924, venta Christie’s, París, 24-05-2006, lote nº 101 y Othon Friesz, Le jardin de l’Émir, venta Sotheby’s, Olympia, 23-03-2006, lote nº 68.
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