Comentario sobre Femme en rouge, dos à la fenêtre (Mujer de rojo, de espaldas a la ventana)
Realizado hacia 1890, el pastel de Édouard Vuillard suscita de inmediato una serie de preguntas: ¿quién es esa mujer? ¿Se dará vuelta y revelará su rostro? ¿Alguien la sorprenderá?
Con una simplicidad y una delicadeza fuera de serie, el artista presenta una espalda luminosa de mujer que parece desvanecerse en una masa opaca que constituye el interior de una habitación. El color fuego del vestido ocupa todo el espacio, desdibuja el rojo veneciano del cabello y anula el tratamiento refinado de la piel, “donde lo Indeciso, a lo Preciso se une” (1). La historia del arte ofrece numerosos ejemplos de espaldas de mujeres, tanto sensual o voluntariamente exhibidas (Ingres,
La grande odalisque, 1814, Musée du Louvre, París) como sorprendidas en una intimidad que presuntamente nadie debería penetrar (Degas,
Après le bain, femme s’essuyant la nuque, 1896, Musée d’Orsay, París).
En este pastel, el atuendo existe más que el cuerpo; la mujer, en una actitud teatral, se evapora en una tonalidad inestable donde la ausencia de brillo devora cualquier esperanza de descifrar algún día esa alma misteriosa. El motivo de la ventana, frecuentemente utilizado por el artista, pretende ser justamente un pasaje entre interior y exterior –interioridad y exterioridad–. En sus pinturas, Vuillard se esmera por estimular la apertura (
Le prétendant o
La table à ouvrage, 1893, Smith College Museum of Art, Massachusetts). Aquí, la ventana cierra la escena como si fuera un estuche, la rodea de un marco sutil que estigmatiza el voyeurismo del espectador, convertido en fotógrafo inquisidor: Vuillard capta la “instantánea” fotográfica gracias a su máquina Kodak, que privilegia la representación de escenas íntimas o de interiores burgueses.
“No hay belleza que valga sin simplificación, claridad, ni sin homogeneidad de materia”, escribió Maurice Denis (1870-1943) en sus
Théories (2) para definir la doctrina “sintetista”, adhiriendo a la fórmula nabi de Gauguin y del grupo de Pont-Aven, quienes defendían un tratamiento autónomo del color, aplicado en planos. Si bien Vuillard retuvo estas lecciones a partir de 1889, no por eso estuvo menos cerca, en esta obra, de un tratamiento post-impresionista que recuerda la estética de un Toulouse-Lautrec.
Por otro lado, igualmente claro es el valor simbolista de esta obra: expresar la apariencia más que la sustancia, favorecer el sueño y desterrar el naturalismo.
La voluta sugerida por el brazo y la simplicidad exageradamente sobria del motivo revelan paralelamente la influencia del japonismo. Vuillard habría así fusionado en este simple pastel las múltiples facetas de la producción de su época, captando en diferentes lugares las esencias de una obra intimista, asociando hábilmente la idea de evasión a este universo hermético, encerrado por una atmósfera saturada que no deja ninguna escapatoria a la mirada (3).
Femme en rouge, dos à la fenêtre aparece bajo el título
Femme en rouge chantant en el catálogo razonado de las obras de Vuillard y se inscribe en el período joven de su autor. Proviene de la prestigiosa galería Bernheim-Jeune, creada en 1906 en París, que promovió a la primera generación de impresionistas y posteriormente a otros artistas de vanguardia como Bonnard, Cézanne, Seurat o Matisse.
por Marie Lesbats
1— “Où l’Indécis, au Précis se joint”, Paul Verlaine, “L’Art poétique” en: Jadis et Naguère: Poésies. Paris, Louis Vanier, 1884, p. 23.
2— Maurice Denis, Théories, 1890-1910. Du symbolisme et de Gauguin vers un nouvel ordre classique. Paris, L. Rouart, J. Watelin, 1920 [1912], p. 166-171.
3— Existe un pastel muy cercano a esta obra, del mismo período y no localizado, titulado Femme en rouge à la bannière. Cogeval y Salomon, 2003, t. 1, p. 171.
Bibliografía
1965. Tableaux, dessins et bronzes français dans la collection de Monsieur Antonio Santamarina. London/Bradford, Percy Lund, Humphries & Co., p. 184, reprod. byn.
2003. COGEVAL, Guy y Antoine Salomon, Vuillard. Le regard innombrable: catalogue critique des peintures et pastels. Milano/ Paris, Skira/Seuil/Wildenstein Institute, t. 1, p. 171.