Esta exposición inicia una serie de temporarias, que se llevarán a cabo en esta sala, para acercar al público obras del acervo, principalmente de pintura europea del siglo XIX. Al plantearse como muestras monográficas se establecen nuevas relaciones entre obras siempre exhibidas y otras conservadas en la reserva del museo. El visitante encontrará, en estas intervenciones al guión permanente, obras que conforman la historia del gusto del coleccionismo de arte local y podrá sopesar su impacto en la formación del patrimonio del MNBA.
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En el acervo del Museo Nacional de Bellas Artes se destaca el conjunto de obras de Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 1863 - Cercedilla, Madrid, 1923). Esta selección temporaria presenta las principales fases estilísticas -preciosismo académico, realismo, luminista- y los diversos asuntos costumbristas que dieron popularidad al artista. Sorolla se formó en la Escuela de Bellas Artes de Valencia, región que además lo pensionó para que completase su formación en Roma, pero su mayor influencia la recibió en sus constantes viajes a París desde 1885, donde pudo observar a los pintores impresionistas y escandinavos. La factura rápida y la captación de las formas bajo la luz de sus escenas de playa y motivos de pesca le garantizaron un enorme éxito internacional, tanto en Europa como en Estados Unidos. El público argentino fue también seducido por la obra del artista valenciano, figura presente en los salones de arte español organizados por José Artal entre 1897 y 1913. Este marchante al solicitarle obra para un próximo salón, sugirió qué tipos de obras gustaban al público porteño: … no es posible todavía dejar de mano en absoluto lo bonito, eso que tiene más picardía, más triquiñuela que arte, pues en estos países nuevos hay que hacerlo todo, empezando por despertar la afición, después educarles el gusto y luego depurar, refinar, hasta que lo bueno se imponga por la fuerza de su propio mérito. Por esto no es posible abandonar aún la tablita apuntada con gracia, brillante de color, ni el cuadrito de género fino e intencionado. Ni se puede prescindir de coletas y casacones. Ni de la acuarela impresionada con elegancia, fresca y jugosa. Ni de unas notas que por su empaque y tendencia decorativa se adaptan a todos los gustos. (27 de octubre de 1898) Las dos acuarelas Mucha alegría y Nube de verano expresan el dominio del color y el movimiento en los temas regionalistas, y recuerdan el consejo del marchante Artal. De la primera acuarela se conserva además un apunte que permite aproximarse al proceso creativo del artista. Lobo de mar es una sólida cabeza de tipo marinero, semejante en sus rasgos a la figura mayor de su célebre pintura de 1894: ¡Aún dicen que el pescado es caro! (Museo del Prado), de herencia velazqueña. Los coleccionistas locales solían, además, adquirir en viajes europeos, por ejemplo La vuelta de la pesca de 1898 fue comprada por César Cobo durante los festejos parisinos de 1900, estimulado por la gran obra del mismo tema (Musée d’Orsay), pintada cuatro años antes. Sorolla fue un solicitado retratista, en este género se conservan en el MNBA los de Ramón Santamarina y José Prudencio Guerrico, este último expuesto en la Sala Guerrico.Finalmente la pintura luminista, al estilo de En la costa de Valencia, fue una de las respuestas al academicismo; y funcionó en España como el camino hacia la modernidad artística sostenida en valores plásticos más que en asuntos representados.