
Paisaje (Tres Bocas)
Pueyrredón, Prilidiano.
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 2917
Obra Exhibida
Sala 22. Arte argentino Siglo XIX
Elvira Lavalleja, esposa de Santiago Calzadilla, amigo del artista, es retratada de tres cuartos, parada delante de un cerco bordado de rosales, con elegancia se apoya en una silla de mimbre de jardín, mientras sostiene con levedad una sombrilla rosa con encajes y mango de marfil, que hace un sutil contraste con el vestido de día, azul con amplísimas mangas, lazo y moños, y cuello de puntilla blanco amarillenta; el chal genera un nuevo movimiento, caído a la altura de la cintura. Una gestualidad de buscada placidez.
La figura se encuentra apenas desplazada del centro, y tanto el pelo negro, el brazo, la sombrilla y las cintas generan líneas descendentes. El fondo de paisaje es el de la zona ribereña del norte porteño, un arroyo bordeado de sauzales, en una predominante tonalidad verdosa. El paisaje se resuelve como un telón de estudio fotográfico, acentuado por la baranda del cerco que no permite fundir a la figura con la naturaleza.
La datación de esta pintura no es certera, aunque suele consignarse habitualmente 1859, fecha tomada de la datación del retrato de Santiago Calzadilla, de factura diversa pero de similares medidas. Sin duda ha sido realizado en los años cincuenta; la Quinta Calzadilla, la más lujosa del Tigre, fue construida en 1856. Elvira era la hija del patriota oriental Juan Antonio Lavalleja fallecido en 1853, por lo tanto debemos ubicar el retrato distante de esta fecha, ya que no viste luto. Un retrato del general Lavalleja fue realizado por Prilidiano Pueyrredón, donado por Santiago Calzadilla en 1892 al Museo Histórico Nacional, que según Alfredo González Garaño, se basa en el realizado por Jean B. Goulu del Museo Histórico Nacional de Montevideo.
El retrato de Santiago Calzadilla fue expuesto en 1859, en Fusoni, de haber sido un pendant la exposición hubiera sido conjunta con el de su mujer. Por otra parte la inclusión del fondo de paisaje en el retrato femenino como extensión del jardín doméstico es excepcional en la obra de Pueyrredón (el paisaje del retrato de Josefa Sáenz Valente es alegórico). A esto se suma ciertas durezas en la resolución de la figura y composición que demuestran un artista menos aceitado en la práctica pictórica, que retomó con fuerzas desde 1859, justamente desde el retrato de Santiago Calzadilla.
Consultado Marcelo Marino con referencia al traje de Elvira Lavalleja, señaló que en los años cincuenta conviven diversas formas de vestido sobre la base de la falda con crinolina, en este caso unas crinolinas jaula o crinolinas cesta, que aparece en el mercado hacia 1854-55. Además, lleva "mangas pagoda" o "a la chinesca" usadas entre 1850 y 1862, pero con mayor intensidad en la segunda mitad de la década. Marino advierte que Pueyrredón no ha pintado “una serie de encajes “engageantes” saliendo por debajo de las mangas y cubriendo un poco las muñecas, pues eso era lo normal con estas mangas. La pechera del vestido es la común para estos equipos con esas mangas aunque hay algo en el dibujo que no es correcto pues justamente lo que estos vestidos resaltaban era la línea redondeada de los hombros que de repente se deslizaba y se abrían en los techitos de pagodas de las mangas..Aquí se le ven los hombros cuadrados que contradicen la morfología del vestido y la implantación de la manga y es eso en parte lo que le da el aspecto rígido”. Por estos detalles sugiere que Pueyrredón no conocía bien el vestido que estaba pintando, y que probablemente es una elaboración de taller en la que el modelo no ha posado con el traje representado. Sugerencia que apuntala esa sensación de telón de taller que ofrece el paisaje de fondo y la dureza compositiva. La sombrilla pequeña de paseo se usaba con las amplias faldas de criolina, hacia 1860 al achicarse la falda, puede la sombrilla tener mayor tamaño. Estos datos de la moda femenina permiten sugerir una datación hacia 1856.
La moda es un aspecto central durante el Estado de Buenos Aires, ya que la elección de cómo vestirse tiene una fuerte carga política por la normativa impuesta bajo el régimen rosista y el uso obligado del “colorado punzó”. El retrato de Elvira Lavalleja, casada además con un integrante de una familia federal, recuerda el comentario de Domingo F. Sarmiento en Campaña del Ejército Grande, de 1852: “La población de toda la ciudad estaba aglomerada sobre las azoteas de las casas, apiñada a las ventanas, y los hombres en las veredas. Las niñas ostentaban chales, corbatas, o vestidos celestes, con la pasión que nuestras mujeres tienen por este color, y con el deseo despertado por una privación de veinte años. Cada casa se había vuelto desde la caída de Rosas una tintorería, mientras de Montevideo y Río de Janeiro traían géneros celestes. La aversión al colorado era tal, que la casa de los Dragos, habiendo recibido dos años antes tres cajones de groses de aquel color, los había devuelto a Francia, pues ni en el martillo tenían precio. Los millares de ramilletes, que sólo al General se echaban desde azoteas y ventanas, estaban amarrados con cintas celestes y blancas.” Desde esta lectura el retrato de Manuelita Rosas tenía su contracara liberal ¿debemos tal vez pensar en el chal blanco sobre el vestido celeste con moños azules en una referencia simbólica a la bandera azul celeste que había ocupado nuevamente un lugar central Buenos Aires? (1)
1. En el mismo texto de combate Sarmiento apunta: “El pabellón azul celeste que sancionó el Soberano Congreso de Tucumán, y osó adulterar el tirano de Buenos Aires para hacer olvidar las glorias y la libertad de la República; ese pabellón que flameó sobre los Andes y contempló el Chimborazo en Río Bamba, vuelve hoy a Buenos Aires, sostenido por sus hijos que vienen a pedir cuenta al tirano de esa patria que le encomendaron próspera y libre y la encuentran hoy miserable, envilecida y esclavizada.”
1942. ROMERO BREST, Jorge, Prilidiano Pueyrredón, Buenos Aires, Losada, p. 13, il. 30
1944. D’Onofrio, Arminda, La época y el arte de Prilidiano Pueyrredón, Sudamericana, Buenos Aires, lám. VI
1945. PAGANO, José León, Prilidiano Pueyrredón, Buenos Aires, Academia Nacional de Bellas Artes, p. 70, reprod. color n˚ 75. Catalogo por Alfredo González Garaño.
1948. Fiesta de la juventud, Ministerio de Educación, San Miguel de Tucumán.
1951. Romanticismo Argentino, Salón del Cabildo Histórico, Buenos Aires.
1956. A Century and a Half of Painting in Argentina, National Gallery of Art, Washington, 1956.
1962. PAYRÓ, Julio, 23 pintores de la argentina. 1810-1900. Buenos Aires, Eudeba, reprod. color p. 42.
1966. OLIVER, Samuel, “El retrato en el siglo XIX”, en: AA.VV., Argentina en el arte, Buenos Aires, Viscontea, pp. 43-44, reprod. color p. 40.
1970. Prilidiano Pueyrredón, Museo Juan Martín Pueyrredón, Buenos Aires, 1970, n˚ 3, reprod.
n˚ 3.
De ESTRADA, Marcos, “Prilidiano con Pedro o con Paz”, La prensa, Buenos Aires, 1970, noviembre.
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1984. RIBERA, Luis A., “La Pintura”, en: Historia general del arte en la Argentina, Buenos Aires, Academia Nacional de Bellas Artes, V. 3, pp. 322.
1999. LUNA, Félix; AMIGO, Roberto; GIUNTA, Patricia Laura, Prilidiano Pueyrredón, Buenos Aires, Banco Velox, p. 60-62, reprod. color p. 91
1993. 150 años de Arte Argentino, Salas Nacionales de Cultura, Río Negro, Chubut, La Pampa, Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa.
1996. Prilidiano Pueyrredon, Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires.
2005. Retratos, Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación, Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, La Rioja, Corrientes, San Juan, Mendoza, Catamarca, Salta.
2007. Prilidiano Pueyrredón, pintor de San Isidro, Villa Ocampo, Buenos Aires, reprod. color p. 20.
2009. GUTIÉRREZ ZALDÍVAR, Ignacio, Prilidiano Pueyrredón, Buenos Aires, Atlántida, reprod. color p. 37.
2011. AMIGO, Roberto, “Prilidiano Pueyrredón”, Grandes pinturas del MNBA: argentinos y latinoamericanos. Buenos Aires, Clarín.
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