
Retrato de Manuelita Rosas
Pueyrredón, Prilidiano. 1851
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 2918
Obra No Exhibida
Sin duda, el de Santiago Calzadilla es el mejor retrato de los años ochocientos cincuenta del arte argentino. Adolfo Ribera señaló que Pueyrredón logró que los interiores hogareños se tornen una “atmósfera de cálidas sugestiones”. En este caso el espacio donde es retratado Calzadilla es el propio taller del artista, señal de la proximidad entre ambos. No es posible identificar si es el de su casa en el Socorro o el de la calle Reconquista núm, 49, próximo a la plaza de la Victoria. Se descarta el taller de la chacra de San Isidro, ya que la había vendido en enero de 1856 a su primo Manuel Aguirre.
Calzadilla era figura destacada de la sociabilidad porteña, que a la par de la crítica musical se dedicaba al comercio con Gran Bretaña, luego de haber participado en campañas militares. Sus recuerdos fueron publicados con repercusión en 1891 con el título de Las beldades de mi tiempo, y aunque las referencias al artista no son centrales en el libro, hay un comentario preciso que permite comprender la gran demanda que tuvo Pueyrredón: “la elección de Prilidiano quién poseía un gran prestigio como retratista, era casi un deber de buen tono social en la vieja Buenos Aires”. Este aprecio se expresa en la adquisición de obras en el remate de los bienes del artista.
La ocupación principal de Pueyrredón luego de su segundo regreso, en 1854, fue en tareas de arquitectura, infraestructura e higiene urbana de de la ciudad, dedicándose menos a la pintura que en los años sesenta. De este modo, el retrato de Calzadilla, al que Pueyrredón le dedicó sus mejores esfuerzos (1), es el equivalente al de Manuelita Rosas para el primer regreso: la presentación exitosa en sociedad como pintor. Sentado informalmente en una silla de caoba, sostiene un sombrero de paja negra sobre la pierna, Viste una americana amarilla, con chaleco negro, pechera blanca, corbata negra y pantalón blanco, generando un conjunto de fuerte vitalidad visual. El rostro con barba cerrada, castaña oscura, que compensa la alta frente y la incipiente calvicie. Calzadilla se encuentra vestido para día, probablemente a fines de verano, con la sensación de haber llegado recién al taller, aun con el sombrero. Las piernas se cortan al borde de la tela, debajo de las rodillas, marcando el leve giro del cuerpo hasta ubicar la cabeza en el centro de la tela. Este recurso de la figura cortada al borde fue usado luego bastante por Pueyrredón, generando una mayor proximidad emotiva con el retratado al incluir al espectador en su espacio.
En el ambiente predominan los elementos del oficio artístico, en el lado izquierdo alineados los pinceles, una pintura que González Garaño identifica con Merendando en los alrededores de San Isidro de la colección de Antonio de Santamarina. En una de las paredes del taller se encuentra colgada una pintura de desnudo que no es posible identificar y una miniatura con el retrato de Juan Martín de Pueyrredón, tal vez el retrato ejecutado por el francés Carlos Durand en 1817, actualmente en el Museo Pueyrredón de San Isidro.
El diario La Tribuna el 5 de abril de 1859, comenta este retrato, exhibido en la casa Fusoni: “Cómodo con su traje de diario, resaltan los colores, y esta allí sobre el lienzo el abandono natural, la calma chicha, si se nos permite, dan lo que caracteriza al individuo. Aquel retrato puede decirse que es un daguerrotipo al óleo.” Jorge Romero Brest parece haber tenido presente esta crítica, para refutarla, cuando afirma que el retrato de Calzadilla es la obra donde se funden “definitivamente la abstracción neoclásica y el naturalismo anecdótico en una síntesis personal y expresiva”, así a pesar de su fuerza descriptiva como al “jugar libremente con las formas que representan la figura humana” con “soltura de trazo y vigor de colorido” no cae en la “pedestre fotografía coloreada”.
1. Véase la carta de Pueyrredón a Miguel Azcuénaga citada en D’Onofrio (1944: p. 101)
1942. ROMERO BREST, Jorge, Prilidiano Pueyrredón, Buenos Aires, Losada, p.9, 13, il. 29.
1944. D’Onofrio, Arminda, La época y el arte de Prilidiano Pueyrredón, Sudamericana, Buenos Aires, p. 82
1945. PAGANO, José León, Prilidiano Pueyrredón, Buenos Aires, Academia Nacional de Bellas Artes, pp.73-74, reprod. color n˚ 86. Catálogo descriptivo por Alfredo González Garaño.
1956. A Century and a Half of Painting in Argentina, National Gallery of Art, Washington,
1959. Un siglo de pintura en la Argentina, Museo de Arte, Lima, n˚ 64, reprod. byn.
1970. De ESTRADA, Marcos, “Prilidiano con Pedro o con Paz”, La prensa, Buenos Aires.
Prilidiano Pueyrredón, Museo Juan Martín Pueyrredón, Buenos Aires, n˚ 2, reprod.
n˚ 2.
1972. Pintura Argentina del siglo XIX, Museo de Bellas Artes, Santiago de Chile,
1982. RIBERA, Adolfo Luis, El retrato en Buenos Aires 1580-1870. Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, p. 343, reprod. byn. [s.p].
1984. GIMÉNEZ, Alberto E. y SALA, Juan A., “La interpretación musical”, en: Historia general del arte en la Argentina, Buenos Aires, Academia Nacional de Bellas Artes, v. 3, reprod. byn. p. 81.
RIBERA, Luis A., “La Pintura”, en: Historia general del arte en la Argentina, Buenos Aires, Academia Nacional de Bellas Artes, V. 3, pp. 322, il. 324.
1996. Prilidiano Pueyrredón, Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, reprod. color en desplegable.
1999. LUNA, Félix; AMIGO, Roberto; GIUNTA, Patricia Laura, Prilidiano Pueyrredón, Buenos Aires, Banco Velox, p. 60-62, reprod. color p. 89.
2007. Prilidiano Pueyrredón, pintor de San Isidro, Villa Ocampo, Buenos Aires, , reprod. color p. 19.
2009. GUTIÉRREZ ZALDÍVAR, Ignacio, Prilidiano Pueyrredón, Buenos Aires, Atlántida, reprod. color p. 26.
2011. AMIGO, Roberto, “Prilidiano Pueyrredón”, Grandes pinturas del MNBA: argentinos y latinoamericanos. Buenos Aires, Clarín, reprod. color p 12.
Obras relacionadas
Un vasto panorama de arte argentino, con obras de sus mayores representantes
Ver Colección ›Explorá las obras maestras de todos los tiempos en exposición y guarda
Ver Colección ›