Comentario sobre Interior de la Catedral de Buenos Aires
Hacia las primeras décadas del siglo XIX, varios testimonios de viajeros extranjeros llegados a la ciudad, muestran la costumbre de las mujeres devotas que asistían a misa diariamente. Uno de esos instantes de recogimiento reservado a la oración fue reflejado en una acuarela por Carlos E. Pellegrini. Las damas acudían a la iglesia acompañadas por un criado negro quien llevaba la alfombra sobre la cual las señoras se sentaban o arrodillaban para rezar, pues en aquella época, no existían asientos de madera en las iglesias.
En esta obra Pellegrini, valiéndose de precisos trazos de lápiz describió con detalle la nave central del templo y, con la perspectiva geométrica definió el espacio de la imagen que invita al contemplador a llevar su mirada directamente hacia el retablo del altar mayor.
A lo largo de la nave cuelgan banderas capturadas en tiempos de guerra, pintadas con tal minuciosidad que algunas de ellas han podido ser identificadas. Un viajero inglés llegado a la ciudad en la segunda década del siglo, describía la iglesia haciendo referencia a las insignias del ejército español señalando: “Penden del techo cerca de veinte banderas capturadas a los españoles en varias ocasiones: Montevideo, Maipú, etc. El nombre de Fernando VII está inscripto en casi todas. El altar mayor está adornado con piedras preciosas de gran valor: cuando se encienden las velas el efecto es soberbio” .[1]
Las banderas eran de tela blanca de los ejércitos de la monarquía española: sencillas y coronelas. Las “sencillas” (o “batallonas”) lucen las rojas aspas de Borgoña. Por otra parte, las “coronelas”, las principales, pertenecían al primer batallón del regimiento, con el escudo de las armas reales en el centro. Pellegrini además incluyó la banderola -de seda bordada de una gaita- del Regimiento 71, que había sido tomada por Juan Martín de Pueyrredón en la Plaza de Miserere al ejército inglés.
Este interior presentado con las banderas fue abordado con posterioridad por grabadores como Alphonse Durand, llegado a Buenos Aires a mediados del siglo XIX [2].Durand, dibujante, pintor y litógrafo, en “Exequias de Rivadavia. Catafalco erigido el día 20 de Agosto en la catedral de Buenos Aires”, (colección Museo Histórico Nacional) muestra un punto de vista más cercano al altar.
Carlos E. Pellegrini, exitoso retratista de la sociedad porteña, centró también su interés en la arquitectura que rodeaba la Plaza Mayor: el Cabildo, la Catedral, las recovas, el Fuerte, la Casa de policía, los Altos. A su llegada a Buenos Aires en noviembre de 1828, se había alojado en la casa de Miguel de Azcuénaga con quien mantenía una amistad desde su estancia en Montevideo. Ubicado en la azotea de esta vivienda, frente a la plaza de la Victoria, analizó con gran detenimiento la construcción de la Recova con sus arcos de medio punto y la presentó en todo su esplendor
. Asimismo acapararon su atención las iglesias y sus interiores en los que describió ceremonias religiosas, además de las fiestas cívicas en lugares públicos y las tertulias en los salones porteños.
Interior de la Catedral de Buenos Aires integró el legado de Ana Pellegrini de Galeano, hija menor del artista, e ingresó al MNBA -junto a otras treinta y seis- en 1920.
por Patricia Corsani
[1] Cinco años en Buenos Aires 1820-1825 por “Un Inglés”. Buenos Aires, Ediciones Argentinas Solar, 1942, p. 28-29.
[2] Cros, Philippe; Dodero, Alberto. Aventuras en las Pampas. Los Pintores Franceses en el Rio de La Plata. Buenos Aires, Ed. de los autores, 2003, p. 105.
Bibliografía
1921. FREGEIRO, C. L. Estudios históricos. Banderas Imperiales del Brasil existentes en el Museo Histórico Nacional Buenos Aires, Imprenta y Casa Editora “Coni”.
1942. Cinco años en Buenos Aires 1820-1825 por “Un Inglés”. Buenos Aires, Ediciones Argentinas Solar.
1943. GONZÁLEZ GARAÑO, Alejo B. Iconografía argentina anterior a 1820. Buenos Aires, Emecé Editores.
1946. GONZÁLEZ GARAÑO, Alejo B. C. H. Pellegrini. Su obra, su vida, su tiempo. Buenos Aires, Amigos del Arte.
1952. Catálogo de documentos del Museo Histórico Nacional. Tomo I. Buenos Aires, Museo Histórico Nacional.
1964. CARRIL, Bonifacio del. Monumenta iconographica. Paisajes, ciudades, tipos, usos y costumbres de la Argentina: 1536-1860. Buenos Aires, Emecé.
1984. DOUVILLE, J. B. Viajes a Buenos Aires 1826 y 1831. Buenos Aires, Emecé Editores.
2003. CROS, Philippe; DODERO, Alberto. Aventuras en las Pampas. Los Pintores Franceses en el Rio de La Plata. Buenos Aires, Ed. de los autores.
2010. MAYOL, Mabel (coord.). Museos Vivos. Museo Nacional de Bellas Artes. Portal educativo del Ministerio de Educación de la Nación. Buenos Aires, Ministerio de Educación. Consulta:
http://museosvivos.educ.ar/?page_id=13442012. CORSANI, Patricia V. “La ciudad de Buenos Aires en las acuarelas de Carlos Enrique Pellegrini”. En: Anales del Museo de América, nº 20, Ministerio de Cultura, Madrid, p. 272-290.
2012. Corsani, Patricia V. “Una historia de proyectos y desengaños. La creación de la ‘Sala Pellegrini’ en el Museo Nacional de Bellas Artes”. En: El arte de dos siglos: balance y futuros desafíos. IX Jornadas de Arte e Investigación. Buenos Aires, Instituto de Teoría e Historia del Arte Julio E. Payró-Facultad de Filosofía y Letras (UBA), p. 117-128.