Comentario sobre La frileuse
Pierre Carrier-Belleuse abordó diferentes géneros, pero se caracterizó por sus representaciones de mujeres, bailarinas de ballet, damas de alta sociedad, y por una serie de desnudos femeninos, en general muchachas de cuerpos erotizados y miradas sugestivas. Además se destacó en una técnica poco habitual y con menor grado de legitimación que el óleo o la acuarela: el pastel. Alumno de la tradicional École des Beaux-Arts, uno de sus maestros fue Alexandre Cabanel, reconocido pintor académico de quien aprendió las normas clásicas. Desde 1875 Carrier-Belleuse expuso con regularidad en el tradicional Salón de París (recibiendo una mención honorable en 1887), y obtuvo una medalla de plata en la Exposición Universal de esa ciudad en 1889. En
La frileuse, una muchacha desnuda que mira al espectador, se resumen muchas de estas búsquedas.
A finales del siglo XIX numerosos artistas abordaron el género del desnudo a partir de diferentes estéticas. Mientras que algunos optaron por un lenguaje académico, representando a mujeres idealizadas de pieles marmóreas, en contextos históricos o mitológicos, otros privilegiaron a muchachas del presente, en el papel de bailarinas, lavanderas o prostitutas, dentro de contornos verosímiles, con novedosos tratamientos en la forma y el color. Carrier-Belleuse está en el cruce de ambos lenguajes, ya que pintó a mujeres contemporáneas, desnudas en la cama, recostadas sobre la arena, o en el tocador, a partir de un lenguaje idealizado. En
La frileuse representó a una muchacha que se cubre del frío con un paño de gasa amarilla y transparente, artificio con el que oculta algunas partes de su cuerpo y deja otras al descubierto. Su mirada dirigida abiertamente al espectador y la mano que se lleva a la boca acompañan su actitud sugestiva. Mientras que la postura de la joven es común a la representación que priorizaron otros artistas que buscaron modernizar el género, el tratamiento de las formas devela la herencia académica, como puede verse en la piel lisa y nacarada de la mujer, y en el recurso de las flores y el contexto, unos enormes y tradicionales escalones de mármol pintados con pastel.
La obra ingresó al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) durante la dirección de Atilio Chiáppori (1931-1939), quien dio un gran lugar al arte moderno francés. Privilegió esta escuela en la colección permanente (exhibiendo pinturas y esculturas en varias salas) y en las muestras temporarias, como
Escuela Francesa. Siglos XIX y XX (1933),
Rodin (1934) y
La pintura Francesa –de David a nuestros días- (1939). Del mismo modo, impulsó el ingreso de obras de esta tendencia –
Mujer del mar, de Paul Gauguin por ejemplo, fue adquirida en 1934- interés en el cual se inscribe
La frileuse, que se compró para al museo en 1938.
por Paola Melgarejo
Bibliografía
1972. El desnudo. Buenos Aires, Museo Nacional de Bellas Artes, n° 13.
2014. MALOSETTI COSTA, Laura, La seducción fatal. Imaginarios eróticos del siglo XIX. Buenos Aires, Museo Nacional de Bellas Artes, reprod. color p. 134.