Charlotte de Hesse-Rheinfels

Comentario sobre Charlotte de Hesse-Rheinfels

A lo largo del siglo XVIII las mujeres de la corte francesa encargaron sus retratos a artistas como Maurice Quentin de La Tour, François Boucher y Jean-Marc Nattier. Éste último alcanzó verdadera fama hacia la década de 1740 con sus pinturas de la reina María Leszczynska, esposa de Louis XV y de las hijas del matrimonio (a las que retrató varias veces), cuadros con los que alcanzó su estilo característico.

Caroline-Charlotte de Hesse-Rheinfels-Rotenburg (1714-1741) fue una de las damas de la época representada por el artista. Se trataba de una joven con varios títulos nobiliarios, su padre era conde de Hesse, en Alemania, su madre condesa de Löwenstein-Wertheim, y tenía entre sus hermanas a la reina de Cerdeña y a la princesa de Saboya. Las mujeres no se casaban por debajo de su estatus, y su matrimonio se arregló con un hombre de similares antecedentes aristocráticos, Louis Henri de Bourbon, Príncipe de Condé (nieto de Louis XIV), quien había sido el primer ministro de Francia. En la época se pensaba el matrimonio como el destino natural de una mujer, y en 1728, Caroline, con catorce años, estaba casada con este príncipe de treinta y seis años, y había sumado nuevos títulos a la familia, como Princesa de Condé y duquesa de Bourbon, además de pasar a integrar la familia del Rey Louis XV. Desde entonces, Caroline siguió un conjunto de normas establecidas para mujeres de la nobleza, de quienes se esperaba que cumplieran el rol de esposa y madre, con un lugar de importancia dentro del ámbito doméstico, con numerosos empleados a su cargo.

Nattier fue el pintor elegido para representarla con todos sus atributos cortesanos. No es de extrañar esta elección, porque el pintor también había pintado a otros miembros de la familia Bourbon, como Mademoiselle de Clermont (de quien hizo dos retratos entre 1729 y 1733), la hermana de su marido. La pintura del Museo Nacional de Bellas Artes muestra a Caroline-Charlotte en toda su dignidad, como una mujer madura a pesar que todo había sucedido a corta edad, el casamiento, la maternidad, y también la muerte, que se produjo en 1741, a los 27 años. El retrato de una mujer de la corte no sólo era individual, servía a la promoción del prestigio familiar, y en esta obra se reconoce la autoridad y posición social de Caroline, cuyo porte acompañaba el estatus de su marido. Era una mujer en el ojo público, y sus retratos podían exhibirse en el espacio de recibo de su palacio, a la vista de los invitados, o en el Salón de París, por lo que fue realizado acorde a su rango social. La apariencia de dignidad en su postura se acentúa con detalles ostentosos, el tocado de perlas, su vestimenta lujosamente coloreada, el mobiliario en mármol y oro, y la columna clásica a sus espaldas.

A pesar de su corta vida, Caroline-Charlotte fue retratada en varias oportunidades, por Pierre Gobert (un pintor que hizo otros retratos para la familia, como los de su suegra y el de Mademoiselle de Clermont, su cuñada) y por otros artistas del círculo de Nattier. Tiempo después de su muerte, la familia volvió a acudir al este último pintor para retratar al único hijo de la pareja nacido en 1736, Louis Joseph de Bourbon, futuro príncipe de Condé, a quien pintó en 1753.

Bibliografía

1910. Pierre de Nolhac. Nattier: peintre de la cour de Louis XV. París, Goupil & Cíe. éditeurs, París, p. 249.

1999. Xavier Salmon. Jean-Mac Nattier. 1685-1766. París, Musée National des châteaux de Versailles et de Trianon.

2014. Danielle Sarah Gibbons. The new portrait déguisé: social identity of the bourgeoisie in Eighteenth-Century France. Select works by Jean-Marc Nattier. University of Missouri-Columbia.

2016. Kathleen Nicholson, “Practicing Portraiture: Mademoiselle de Clermont and J.-M. Nattier”, en: Women, Art and the Politics of Identity in Eighteenth-Century Europe. Londres, Routledge, p. 64-90.

2018. Georges Duby y Michelle Perrot. Historia de las mujeres. Del Renacimiento a la Edad Moderna. Barcelona, Taurus, T. III.