Comentario sobre Adoración de los Magos
El relato de la adoración de los Magos aparece en el Evangelio de San Mateo (2, 1-2), donde se cuenta cómo el nacimiento de un rey fue advertido a unos magos de Oriente por una estrella que los guió a Judea donde lo hallaron para adorarlo y entregarle presentes. Se cuenta también el pedido de Herodes de conocer el lugar para adorarlo él también, algo que mediante una advertencia recibida en un sueño, los magos no cumplirán, retornando a sus lugares de origen sin ver al jerarca. Enriquecido por los evangelios apócrifos con diversos episodios, la adoración de los Magos es un tema que fue representado ya en las catacumbas romanas y cobrará autonomía a partir de fines del siglo IV. En nuestra obra, realizada en la primera mitad del siglo XVI, el artista realiza una representación que deja ver los principios de la cultura figurativa del Renacimiento italiano que llegan al norte de Europa, concentrándose en el aspecto fundamental de la historia, el tema de la Adoración. La obra se organiza claramente en dos planos, uno principal donde se despliegan los protagonistas de la historia y otro de fondo que contiene los personajes secundarios y la arquitectura. En el primer plano, a la izquierda, María con el Niño Jesús en su regazo aparece sentada sobre los fragmentos del basamento de un edificio clásico. El Niño, desnudo, levanta su brazo para bendecir a uno de los reyes que se arrodilla delante suyo. El rey, de larga y blanca barba, le ofrece un presente al que alcanza con su mano izquierda al tiempo que con la derecha, toca el pie izquierdo del Infante. La escena se completa con los otros dos reyes que de pie a la derecha, dirigen su mirada al Niño mientras esperan su turno para adorarlo. El tratamiento del color colabora en destacar este primer plano, en el que el artista contrasta los rojos, rosados, ocres y tierras de los ropajes de las figuras. A la izquierda se destaca el manto bermellón de San José, que tiene su correlato en la capa forrada de blanco del mago que se halla en el centro de la composición donde el rojo se completa con un gran cuello también blanco. El vestido rosado de la Virgen contrasta con su manto azul y se conjuga con el manto lila del rey de rodillas. En el extremo derecho el otro mago –más joven y con su cabeza coronada– lleva un manto rosado que abierto deja ver su traje romano, con coraza. Mantos y capas se sujetan con broches ricos y trabajados como las coronas o espadas que portan.Detrás de este grupo aparece el abigarrado cortejo de los acompañantes de los Magos y una construcción caracterizada por el abandono, que se hace patente en los muros decaídos y el techo de madera destartalado, en la que se destacan con sus dovelas bien marcadas, dos arcos de medio punto, elementos típicos de la arquitectura romana. El arco de la derecha enmarca las figuras de la Sagrada Familia mientras que a través del de la izquierda se deja ver un paisaje con montañas. Grises y tierras, que sirven para la arquitectura y el fragmento de paisaje, dominan este fondo, además caracterizado por el uso cuidadoso de la perspectiva para el trazado de la arquitectura.
Bartholomäus Bruyn, que estuvo activo entre 1508 y el fin de su vida en 1555, es conocido principalmente por sus retratos. Obras con temas religiosos son más bien escasas. Nuestra
Adoración puede asociarse a la producción retratística del artista en el modo en que dibuja sus cabezas, distinguidas por la estructura bien definida de la nariz y las cejas y su definición volumétrica con suaves sombras, tal como puede verse con claridad en la figura del mago a la izquierda. Esta figura recuerda al
Retrato masculino (inv. 3479) del Bonnefantenmuseum de Maastricht. Esta
Adoración de los Magos pertenece al legado de Adriano Rossi, que integró el grupo de obras con que se inauguró el Museo Nacional de Bellas Artes. La adquirió al coleccionista Francisco J. Brabo. En sus anotaciones destinadas a un nuevo catálogo que nunca se concretó, Eduardo Schiaffino (1) escribió que la pintura habría pertenecido a la colección del conde Delessert, dato que anotamos en el catálogo razonado que publicamos en 2004. Hoy pensamos que en realidad se refería a la colección del barón Jules Paul Benjamin Delessert (1773-1847), banquero, botánico y conquiliólogo, poseedor de una importante colección de pintura integrada por obras antiguas y también de su propia época, que luego de su muerte fue heredada por su hermano François. En 1868, tras la muerte del heredero, la colección fue vendida en París en marzo de 1869. Es posible que Brabo, que compraba habitualmente en sus viajes a Europa, la haya adquirido en esa oportunidad.
por Ángel M. Navarro
1— Archivo Schiaffino, MNBA, Carpeta azul: Notas para Catálogo 1897.
Bibliografía
2004. NAVARRO, Ángel M., Pintura alemana e inglesa (siglos XVI al XVIII) en el Museo Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, p. 19-20. — NAVARRO, Ángel M., German and English Painting (from the XVIth to the XVIIIth century) at the National Museum of Fine Arts. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, p. 19-20.